EL PAÍS
WASHINGTON, EU.- A pesar de la oposición ferviente de un nutrido grupo de republicanos, el Senado aprobó ayer por la madrugada la normativa legal que revoluciona el organigrama y el funcionamiento de los servicios de inteligencia de Estados Unidos.
La Cámara de Representantes aprobó la Ley por 336 votos contra 75 de congresistas que pretendían añadir al texto medidas para salvaguardar el poder del Pentágono y endurecer el tránsito de inmigrantes.
La Ley establece un puesto de nueva creación como ?supercomisario? de la inteligencia de EU; a él le corresponderá el reparto del presupuesto y la coordinación de los trabajos. La Ley se ha aprobado en buena medida por la presión de los familiares de las víctimas del 11-S.
Desde que tuvieron lugar los atentados de Nueva York y Washington, cada día el presidente George W. Bush empieza el día con un ?briefing? impartido en persona por el director de la CIA, primero George Tenet y ahora Porter J. Goss, que también a diario, a las cinco de la tarde, celebran una cumbre de inteligencia antiterrorista con sus principales analistas.
Cuando la nueva Ley entre en vigor ?lo que tendrá lugar en un plazo muy breve- ninguna de esas reuniones estará presidida por el director de la CIA sino por el nuevo Director Nacional de Inteligencia, el cargo creado en esta normativa para supervisar y coordinar el trabajo de las 15 agencias que componen los servicios de inteligencia de EU.
Algunas son sobradamente conocidas, como la Agencia Central de Inteligencia, (CIA por sus siglas en inglés), el Buró Federal de Investigaciones, (FBI por sus siglas en inglés) o la Agencia Nacional de Seguridad; otras trabajan en un segundo plano, como la Agencia Nacional de Inteligencia Geoespacial. El poder que claramente pierde el Director de la CIA parece compensado de manera simbólica con una decisión logística de profundo significado: el despacho del nuevo Director Nacional de Inteligencia será el mismo que ahora ocupa el Director de la CIA en la séptima planta del cuartel general de esta agencia en LangLey (Virginia).
Un portavoz de la Casa Blanca mostró la ?satisfacción? del presidente y su disposición a firmarla de inmediato. La Ley acepta plenamente las sugerencias de la comisión independiente que investigó los atentados del 11-S; en un comunicado, sus miembros se mostraron ?profundamente agradecidos? por la aprobación.
Las medidas tratan de solucionar la falta de coordinación que escandalizó a los miembros de la comisión, aunque no solucionan el defecto principal que, según el informe final, permitió la organización del 11-S a espaldas de los servicios de inteligencia más poderosos del mundo: la falta de imaginación.
El nuevo Director Nacional de Inteligencia también tendrá autoridad sobre el reparto de los 40 mil millones de dólares anuales de presupuesto que reciben los 200 mil empleados de las 15 agencias. El 80 por ciento de esa cantidad recae, por ahora, en las agencias de inteligencia del Pentágono.
Mantiene Bush a secretario del Tesoro
El presidente de EU, George W. Bush, pidió al secretario del Tesoro, John Snow, que permanezca en el cargo durante su segundo mandato y Snow aceptó, anunció la Casa Blanca.
?El Presidente está contento de que haya aceptado quedarse?, precisa el anuncio de la Casa Blanca.
Con ello se destierran los rumores difundidos en los últimos días por algunos miembros del Partido Republicano y del propio Gobierno que daban por hecha la sustitución de Snow.
Llegado al Gobierno hace dos años, Snow ha sido un funcionario fiel a la política económica marcada por el Presidente, y en raras ocasiones se ha saltado el guión de la Casa Blanca.
DIMITE SECRETARIO DE ASUNTOS DE VETERANOS
El secretario para Asuntos de Veteranos de EU, Anthony Principi, renunció ayer al cargo, en un nuevo paso en la reestructuración del Gabinete del presidente George W. Bush, se anunció oficialmente.
Se trata de la novena dimisión en el Gobierno de Bush, quien anunció una reestructuración de su gabinete tras ser reelecto para un segundo periodo en las elecciones del dos de noviembre.
En una carta dirigida a Bush, Principi manifestó que ?después de cuatro años dedicados a una misión profundamente importante... ha llegado el momento de avanzar hacia nuevas oportunidades y desafíos diferentes?.
La misiva señaló que la renuncia se hará efectiva inmediatamente después que Bush designe a un sucesor para el cargo.
La dimisión fue aceptada por el presidente Bush, quien señaló que, durante su permanencia en el cargo, Principi desempeñó un papel crucial en la transición del estatus militar a civil de los veteranos de las Fuerzas Armadas.
?Agradezco a Tony por servir a nuestros veteranos y a nuestro país con integridad y dignidad?, dijo.
Sin embargo, Principi también ha sido criticado por algunas reducciones de prestaciones, sobre todo de asistencia médica, a los ex militares.
Principi fue designado secretario para Asuntos de Veteranos, el segundo mayor departamento del Gobierno federal, el 29 de diciembre de 2000.
Su dimisión fue la novena entre los 15 miembros del Gabinete de Bush, que hasta ahora ha confirmado en sus cargos a los secretarios de Defensa, Donald Rumsfeld, y del Tesoro, John Snow.