El Comité Central de Al-Fatah y el Comité Ejecutivo de la OLP se reunieron en Ramalá para analiza la situación, ante la gravedad de Arafat.
Jerusalén, (EFE).- El presidente palestino, Yasser Arafat, no tiene posibilidad alguna de salir del estado de coma en el que se encuentra, según dijeron fuentes médicas del hospital parisino donde es atendido.
Así lo informó hoy, jueves, la radio pública israelí al dar cuenta del estado en que se encuentra el presidente Arafat, que desde la noche de ayer, miércoles, ha sufrido una recaída en su estado de salud.
El Comité Central de Al-Fatah y el Comité Ejecutivo de la OLP se reunieron hoy en la ciudad cisjordana de Ramala con carácter urgente para analiza la situación, ante la gravedad del estado de salud de Arafat.
Hombre de Historia
En la historia universal hay personajes que, por diversas razones, terminan por volverse mito y son recordados por la posteridad. Al contrario de tantos intelectuales, artistas y hasta gente del espectáculo, difícilmente los gobernantes de nuestro tiempo perdurarán en la memoria colectiva, al menos no los que -sin más- simplemente terminan su perÍodo democrático y se van, no siempre en buenos términos.
En más de un sentido, Yasser Arafat es un personaje distante. Sabemos de él -poco y mal- por las noticias que nos llegan de Levante a través de medios de información occidentales, a los que les cuesta trabajo entender a los pueblos islámicos y respetar su derecho a ser cultural y hasta vitalmente diferentes.
Hace 35 años Arafat fue nombrado presidente de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), que está cumpliendo cuatro décadas; hace 30 le fue reconocida internacionalmente la representatividad de su pueblo y pudo hablar ante la Asamblea de la Organización de las Naciones Unidas; hace un decenio ganó el Premio Nobel de la Paz y la semana pasada fue hospitalizado en Francia por lo que en un principio se creyó que era una fatal leucemia mieloide aguda.
El actual presidente de la Autoridad Nacional Palestina -nombre del precario gobierno de Gaza y Cisjordania, sometido a la voluntad de Israel- es un héroe ya mítico para la mayoría de su pueblo, tanto por sus luchas históricas como por las magras conquistas alcanzadas en su sueño de crear un Estado palestino independiente. Tarea que ha tenido episodios tanto violentos como diplomáticos, y que a Arafat le ha valido varios fallidos intentos de Israel para eliminarlo, y un virtual arresto domiciliario en Ramalá, Cisjordania, impuesto por el actual régimen israelita y roto por su enfermedad actual.
Arafat cumplió 75 años el pasado 27 de agosto. Nació en El Cairo o en Jerusalén -él afirma lo segundo- y vivió en el exilio desde 1948. Participó en la fundación del movimiento guerrillero Al Fatah (1959), que luego se sumó a la OLP, creada en 1964. Desde esas organizaciones encabezó la lucha -armada una, civil y diplomática la otra- contra Israel en una búsqueda de libertad para su pueblo, que aún se ve imposible.
Las noticias que nos llegan sobre los esfuerzos de los palestinos por dejar de ser perseguidos y refugiados en la propia Palestina histórica, tienen mucho que ver con las acciones violentas de los fundamentalistas musulmanes y los ultraortodoxos judíos, que sólo buscan la destrucción del enemigo -jamás la reconciliación con él- y juzgan traidor a quien le hace las paces.
