EFE
Seúl, COREA DEL SUR.- Una nueva disputa, esta vez por el transporte de arena norcoreana empleada como material de construcción en Corea del Sur, ha abierto otra brecha entre Pyongyang y Seúl, que esta semana ya suspendieron una reunión clave para su proceso de paz.
Las autoridades marítimas de Corea del Sur han indicado ayer que Pyongyang ha prohibido a barcos surcoreanos transportar desde Corea del Norte cargamentos de arena demandada para su creciente sector de la construcción, en otro episodio del deterioro creciente en las relaciones intercoreanas.
Según un representante del sector marítimo surcoreano, dos barcos bajo bandera panameña zarparon la semana pasada desde el puerto de Haeju, en Corea del Sur, con destino a Corea del Norte, donde debían recoger sus cargamentos de arena.
Sin embargo, añadió el representante, los navíos han regresado “vacíos” debido a la negativa de las autoridades de Pyongyang para que continúen sus labores.
La fuente, citada por la agencia local Yonhap, indicó que otro barco surcoreano, fletado bajo bandera de Belice y que había zarpado con el mismo objetivo rumbo al Norte, se encuentra en paradero desconocido y no responde a las llamadas de radio.
El sector de la construcción de Corea del Sur comenzó hace dos meses a importar arena norcoreana para cubrir la gran demanda que de ese material hay en este país, pero ésta es la primera vez que los barcos que la transportan han vuelto sin sus cargamentos.
Las autoridades marítimas del Sur vincularon estos problemas al creciente ambiente de tensión entre Seúl y Pyongyang de las últimas semanas.
Las relaciones entre las dos Coreas se vieron deterioradas después que el Gobierno de Seúl prohibiera el viaje de una delegación surcoreana que iba a asistir el pasado mes de julio a las conmemoraciones del décimo aniversario de la muerte del fundador del país comunista, Kim Il Sung.
La prensa de Corea del Sur ha indicado que este nuevo paso de hostilidad dado por Pyongyang puede ser además una muestra de protesta por la masiva llegada a finales del mes pasado de 460 refugiados norcoreanos a Seúl procedentes de Vietnam, en un vuelo fletado por el Gobierno surcoreano.
Tras esa acogida masiva de disidentes, Pyongyang acusó a Seúl de secuestrar a sus ciudadanos y reveló que el Gobierno de Hanoi era cómplice de permitir esa salida de los norcoreanos.
Otro signo de este brusco empeoramiento de las relaciones entre ambas Coreas lo marcó esta semana la suspensión de la nueva ronda de reuniones interministeriales programada para el martes pasado en Seúl.
Corea del Sur explicó que Pyongyang en el último momento rechazó la propuesta sobre el calendario y la agenda de esa decimoquinta ronda de reuniones bilaterales.
El Gobierno surcoreano había hecho un especial hincapié en este encuentro por celebrarse poco después del nombramiento de Chung Dong Young como ministro de Unificación de Corea del Sur.
Chung es partidario de revisar la política de acogida de refugiados procedentes del Norte, pues la actitud actual de Seúl y la acogida masiva de los disidentes está interfiriendo en el proceso de reconciliación iniciado por ambas Coreas hace cuatro años.
En junio de 2000, el entonces presidente surcoreano, Kim Dae Jung y el líder de Corea del Norte, Kim Jung Il, se reunieron en Pyongyang y abrieron nuevos canales de contactos entre ambos países, aún sin un tratado de paz desde que la guerra les enfrentara entre 1950 y 1953.
Ese proceso de diálogo se ha visto también obstaculizado por el anuncio que hizo Corea del Norte en octubre de 2002 de que había activado un programa de investigación nuclear destinado a la producción de material fisible para armas atómicas.
Seúl considera que la mejora de las relaciones entre las dos Coreas debe ir acompañado por la solución de esa crisis del programa nuclear norcoreano, mientras que Pyongyang desvincula ambos asuntos.