AGENCIAS
PUERTO PRÍNCIPE, HAITÍ.- “Hoy, el presidente Jean Bertrand Aristide aceptó volver a hacer un sacrificio”, dijo el primer ministro de Haití Yvon Neptune, en una conferencia de prensa, horas después que el líder haitiano abandonó el país, en las primeras horas de ayer.
Indicando que estaba leyendo de una carta firmada por Aristide y fechada ayer, Neptune dijo: “La constitución no debe ser escrita con la sangre del pueblo haitiano... Si mi renuncia evita un derramamiento de sangre, acepto partir”.
El mensaje destacó que de acuerdo con la Constitución de Haití, el presidente de la Suprema Corte de Justicia, Boniface Alexandre, quien asumió como Presidente interino tras la salida de Aristide, deberá dirigir un Gobierno de transición en el país.
El presidente de la Corte Suprema, Boniface Alexandre, anunció que asumía el liderazgo del país y pidió al pueblo que no busque venganza. “La tarea no será fácil”, dijo Alexandre en conferencia de prensa. “Haití está en crisis... necesita de todos sus hijos e hijas”.
Indicó que “nadie debe hacerse justicia por su cuenta”.
Al preguntársele por qué decidió asumir la presidencia, dijo que “porque la constitución así lo indica”.
Por su parte, el líder rebelde Guy Phillipe se mostró ayer conciliador y prometió “dejar las armas” en cuanto se alcance una solución política a la crisis.
“No tengo intención de luchar más”, declaró Phillipe desde Puerto Príncipe y agregó no tener “ambiciones políticas por ahora”. Phillipe, un ex jefe de policía que encabezó un frustrado golpe de Estado en diciembre de 2001, dijo que “la guerra terminó”.
El rebelde consideró una “buena decisión” la salida del país de Aristide y señaló que era algo que el país y el pueblo haitiano “necesitaba”.
Sobre si respalda a Alexandre, respondió con un lacónico “si” y agregó que contactará con líderes políticos “para encontrar una solución lo antes posible”.
Entre tanto, tiroteos, detonaciones esporádicas, saqueos y las ejecuciones -de al menos tres personas- persisten en la desolada capital haitiana, al igual que los llamados a la calma por parte de destacados dirigentes haitianos.
Simpatizantes furiosos del Presidente derrocado merodearon por las calles armados con viejos rifles, pistolas, machetes y bastones. Se escucharon disparos. Hubo tiroteos contra grupos de personas reunidas en Champs de Mars, la plaza principal ubicada frente al Palacio Nacional.
Grupos de saqueadores vaciaron una estación de policía y atacaron farmacias, supermercados y otros negocios, ubicados a las afueras de la capital.
Los presos de la Penitenciaría Nacional y de otras cárceles del país fueron liberados.
“Córtenles las cabezas y quemen sus casas” gritaban las turbas, repitiendo la frase que utilizó el general Jean Acques Dessalines, quien expulsó a los soldados franceses de Haití e incendió plantaciones para poner fin a la esclavitud en el país hace 200 años.
A raíz de esta situación, el inspector general de la Policía, Rudy Berthomieux, anunció ayer un toque de queda a partir de las 18:00 horas locales en las calles de Puerto Príncipe. Berthomieux dijo en declaraciones ofrecidas por la radio privada de Haití, que a partir de esa hora los ciudadanos deberán permanecer en sus hogares y que los agentes usarán la fuerza adecuada contra las personas que sean sorprendidas cometiendo algún acto delictivo.
Berthomieux había hecho un llamamiento por radio para que los agentes del orden se reincorporen a sus puestos e impongan la Ley.
Ayer se pudo comprobar la muerte de tres personas, al estilo de ejecución con disparos en la cabeza, que circulaban en un vehículo cerca de la residencia del primer ministro haitiano, Yvon Neptune. Los asesinatos ocurrieron poco después de que Alexandre, hasta ahora a cargo del Tribunal Supremo, fuera nombrado nuevo Presidente de Haití como lo ordena la Constitución.
La ceremonia se celebró en la residencia de Neptune con la presencia del embajador estadounidense en el país, James Foley, quien le pidió a Phillipe cumplir su promesa de dejar las armas.
Tras la renuncia de Jean Bertrand Aristide, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, confirmó el envío inmediato de un contingente de “marines” que llegará como parte de una fuerza multinacional al país caribeño.
Francia también anunció el envío de una compañía (un centenar de soldados) para proteger a sus ciudadanos residentes allí.
“Con el fin de garantizar la seguridad de sus nacionales, Francia ha decidido enviar a Haití un destacamento militar, del tamaño de una compañía, en coordinación con Estados Unidos”, indicó la portavoz del Elíseo.
Se prevé que lleguen entre 400 y 600 “marines” al aeropuerto de la capital, que está bajo control de un grupo militar canadiense que facilitaría la llegada de las tropas.
Los “marines” tendrán la tarea de facilitar la seguridad en los sitios estratégicos del país y evitar un éxodo masivo de haitianos a Estados Unidos.
Bush dijo que “este es el principio de un nuevo capítulo en la historia de la nación” y que EU está preparado para cooperar con la comunidad internacional para traer “orden y estabilidad” al país.