La policía arrestó la semana pasada a un árbitro acusado de secuestro, mientras dirigía en Guaría, en Brasil, el partido amistoso entre 31 de Marzo y Jardím Zbalos, mientras que los espectadores de ambos equipos, enfadados por la actuación del colegiado, aplaudían.
El árbitro, Roberto Gonzálvez, salió de la cancha esposado y escoltado por policías en el minuto 30 del segundo tiempo, mientras los aficionados de ambos equipos, que en ese momento no conocían las graves acusaciones, celebraron su extraña expulsión de la cancha y su sustitución por otro árbitro.
Las autoridades llevaban buscando a Gonzálvez, que llegó a la comisaría con zapatillas deportivas y uniforme de árbitro, desde el pasado mes de febrero por su supuesta participación en el secuestro de un funcionario de la Policía Federal en Guaíra, según relató el diario Jornal do Brasil.
Pese a que un testigo lo identificó como miembro de la banda que secuestró al funcionario policial para obligarlo a retirar dinero de sus cuentas bancarias, el colegiado huyó hacia Paraguay y no era visto en la ciudad desde entonces.
Su calvario comenzó cuando distintos empleados del estadio Ney Braga de Guaíra identificaron al presunto secuestrador cuando vieron al árbitro del partido y llamaron a la policía.
Gonzálvez, que detectó la movilización de los policías en medio del partido y percibió que había sido descubierto, comenzó a cometer errores grotescos en su actuación como árbitro.
Temiendo una nueva fuga, la policía no quiso esperar a que terminara el partido y decidió arrestarlo dentro de la cancha poco después de que el referí le mostrara la cartulina roja a un jugador del 31 de Marzo por una falta inexistente.
"El público estaba insultándolo por la expulsión de un jugador. Después, cuando nos vieron salir con el árbitro, se pusieron de pie y aplaudieron el arresto del juez ladrón", dijo el agente de Policía Federal Walter Spitz, que comandó la operación.
"El árbitro también vio la tarjeta roja y está enjaulado", según un comunicado distribuido por la Policía Federal en Guaíra.