EL PAÍS / AGENCIAS
LONDRES, INGLATERRA.- Más de 700 agentes de cinco cuerpos policiales y los servicios secretos británicos lanzaron a primera hora de ayer una gran redada antiterrorista en Londres que acabó con la detención de ocho sospechosos y la intercepción de media tonelada de nitrato de amonio. Se trata de un fertilizante agrícola utilizado en dos de los atentados más espectaculares de estos años: las bombas de Bali y Oklahoma.
Varias de las detenciones se realizaron en localidades muy próximas a los dos grandes aeropuertos londinenses: Heathrow y Gatwick. Las detenciones no están relacionadas con el atentado de Madrid.
Aunque los detenidos son británicos, con edades comprendidas entre los 17 y los 32 años, se trataría de ciudadanos de origen paquistaní vinculados a grupos islamistas radicales.
Según la BBC, las detenciones son consecuencia de la infiltración de los servicios secretos británicos en una célula islamista que estaba preparando atentados contra objetivos civiles, aunque de momento no hay ninguna información que permita vincularlo con Al Qaeda.
Los ocho detenidos son sospechosos de estar implicados en la comisión, preparación o instigación de actos terroristas y están siendo interrogados en dos comisarías del centro de Londres.
El coordinador de la lucha antiterrorista y número dos de la Policía Metropolitana de Londres, Peter Clarke, leyó por la una declaración en la que no aludió a posibles vínculos islamistas. Pero, de manera muy significativa, explicó que “en la policía sabemos que la inmensa mayoría de la comunidad musulmana respeta la Ley y rechaza por completo toda forma de violencia” y que “tenemos la responsabilidad ante todas las comunidades de investigar las sospechas de actividades terroristas”.
La operación empezó a las seis de la mañana con el despliegue de 700 policías en 24 residencias privadas y locales comerciales en Londres y su periferia. Dos sospechosos fueron detenidos en Uxbridge (al oeste de Londres), tres en Crawley (West Sussex) y el resto en Ilford (este de Londres) y Berkshire y Horley (West Sussex). El nitrato de amonio fue incautado en Hanwell (oeste de Londres).
Un dato quizá significativo es que Hanwell está a menos de 20 kilómetros de Heathrow y tanto Carwley como Horley están a poco más de cinco kilómetros del aeropuerto de Gatwick. Hubo registros también en Luton (donde está el cuarto aeropuerto de Londres), Colindale (Londres norte) y Reading (al oeste).
La operación ha despertado gran expectación no tanto por el número de detenidos -ha habido más de 500 detenciones de sospechosos de terrorismo desde los atentados del 11 de septiembre, aunque sólo la mitad han sido luego acusados y tan sólo 90 se espera que vayan a juicio- como por la manera en que se ha presentado y por la incautación de material capaz de convertirse en un potente explosivo.
El número dos de Scotland Yard leyó un comunicado sobre la operación a media mañana, un acto que él mismo calificó de “inusual”, aunque no se sometió a preguntas. Peter Clarke aclaró también que “esta operación no está vinculada ni al terrorismo republicano irlandés ni al reciente atentado en Madrid”.
Inquieta en especial el nitrato de amonio. Se trata de un fertilizante muy común y barato, cuya venta está oficialmente controlada pero que en realidad se puede adquirir con gran facilidad incluso a través de Internet. Una tonelada cuesta unos 200 euros. Mezclado con gasoil y reforzado con semtex puede convertirse en una bomba extraordinariamente poderosa.
El nitrato de amonio fue utilizado en su día por el Ejército Republicano Irlandes (IRA, por sus siglas en inglés) y formaba parte de la primera bomba en las Torres Gemelas de Nueva York en 1993 y en los devastadores atentados de Oklahoma y Bali. También se encontró ese componente en la potente bomba descubierta cerca de la embajada de Estados Unidos en Karachi (Pakistán), según algunas fuentes.