En la política se debe servir a los demás, y no servirse de ellos, puntualizó ayer el arzobispo Héctor González Martínez, previo a la ceremonia del lavado de pies durante la conmemoración del Jueves Santo.
La Catedral Basílica Menor de Durango fue el marco de reunión de la grey católica. Ahí, el clérigo explicó que Jesucristo lavó los pies a sus discípulos con una actitud de servicio, a pesar de que ellos reconocían en él a su Señor, su Maestro.
Al hacer extensiva la reflexión del significado del tiempo de Pascua y en especial del Jueves Santo, monseñor González Martínez dijo que la actitud de servir a los demás debe prevalecer entre los esposos, en las familias, en la vida eclesial, en la formación de los nuevos sacerdotes, en la sociedad civil y, sobre todo, en la política.
?Esa rama tan importante de la vida social es al mismo tiempo tan menospreciada por muchos creyentes católicos?. Sin embargo, se pronunció en favor de que los católicos inmersos en actividades políticas asuman una actitud de servir, ?y no de servirse?.
El arzobispo Héctor González personificó una vez más la tradicional ceremonia del lavado de pies que impuso Jesucristo entre sus 12 discípulos hace más de dos mil años. Pero aclaró que desde entonces lo hizo así el Hijo de Dios como una invitación ?para que todos actuemos igual que él?.
A decir del representante pastoral del catolicismo en Durango, la Iglesia y la sociedad son dos entes que caminan juntos a través del tiempo de la Pascua, el que, según el dogma religioso, con la renovación que hizo Jesucristo hace dos milenios, significa su paso por la vida, muerte y resurrección, que se recuerda cada Viernes, Sábado y Domingo Santos.
Para poder vivir a plenitud la Pascua, aclaró el Arzobispo, es necesario vivir primero la reflexión de la Cuaresma, los 40 días previos al inicio de la Semana Mayor.
Y dijo que hablar de los políticos y de corrupción precisamente en estos días es oportuno, por la relación que existe entre esa actividad y el espíritu de servicio que debe prevalecer entre sus promotores, entre sus protagonistas.
Es decir, para monseñor González no solamente es suficiente vivir los días santos en el terreno espiritual o eclesial, ni tampoco unos cuantos días solamente. Es necesario, precisó, llevar el mensaje que dejó Jesucristo pero en el terreno de la vida diaria, en los hechos.
Por último, durante la homilía del Jueves Santo, el Arzobispo de la Arquidiócesis de Durango insistió en que el paso de Jesucristo en la tierra no sólo instituyó la Eucaristía como signo de comunión con Dios; también dejó la necesidad de ponerse en relación con los demás, con los semejantes, a través del lavado de pies a sus discípulos, una tradición que sigue vigente en el catolicismo.
