Mueren durante la operación 109 iraquíes y un soldado estadounidense
AGENCIAS
SAMARRA, IRAK.- Fuerzas de Estados Unidos e Irak lanzaron ayer un asalto en gran escala para recuperar el control del bastión rebelde de Samarra y se abrieron paso a balazos hacia el centro de la ciudad dejando un saldo de más de 100 muertos, 37 cautivos y numerosos heridos, según fuentes médicas y militares.
Ciento nueve rebeldes y un soldado estadounidense murieron durante la operación militar llevada a cabo por el Ejército norteamericano y las fuerzas iraquíes en la ciudad de Samarra (al norte de Bagdad), según un comunicado castrense.
El soldado de la primera división de Infantería murió hacia las 13:00 hora local “cuando fuerzas de seguridad iraquíes y tropas multinacionales aseguraban sectores de Samarra”, precisó el comunicado norteamericano. Cuatro soldados resultaron heridos, agregó.
Se calcula que tres mil soldados de la primera división de Infantería de los Estados Unidos, acompañados por unidades de la guardia nacional y el Ejército iraquíes penetraron en Samarra poco después de la medianoche, para tomar los edificios del Gobierno y de la Policía de la ciudad, ubicada al norte de Bagdad.
A medida que las fuerzas conjuntas avanzaban, los insurgentes las atacaron con granadas impulsadas por cohetes y armas de pequeño calibre, dijeron los militares.
En horas de la tarde de ayer, las fuerzas aliadas controlaban alrededor del 80 por ciento de la ciudad, dijo el ministro del Interior Sabah Kadhim.
El ministro de Estado para Seguridad Nacional, Qasim Dowoud, dijo que más de un centenar de insurgentes perecieron en las hostilidades y 37 fueron capturados, incluyendo miembros del depuesto Gobierno de Saddam Hussein.
El doctor Khalid Ahmed dijo que por lo menos 80 cadáveres y más de 100 heridos habían sido llevados al hospital general de Samarra, pero no se pudo determinar inmediatamente cuántos de ellos eran insurgentes.
Columnas de humo se elevaban alrededor del santuario de Alí al Hadi y Hasán al Askari, uno de los lugares más reverenciados por los musulmanes shiies, pero el templo no resultó dañado, dijo el mayor Neal O’Brien, otro vocero de la primera división de Infantería.
Se dijo que las fuerzas iraquíes tomaron seguidamente la mezquita. “Las fuerzas de la Coalición y las iraquíes harán todo lo posible por proteger ese precioso lugar”, dijo el mayor. Más tarde, la ciudad parecía en calma salvo por la presencia de tiradores estadounidenses en los tejados de los edificios altos.