Arrestan a dos asaltantes cuando se ocultaban en los baños públicos, otros dos logran huir del lugar
EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- De manera sorpresiva y violenta cuatro sujetos fuertemente armados con pistolas tipo escuadra asaltaron de manera simultánea dos joyerías ubicadas dentro de un conocido centro comercial ubicado al Oriente de la ciudad, logrando apoderarse de varios lotes de relojes de las marcas Rolex y Cartier.
Dos de los presuntos asaltantes fueron detenidos cuando se ocultaban en uno de los baños públicos de la negociación, mientras que los otros dos lograron darse a la huida al mezclarse entre las decenas de clientes que en esos momentos abarrotaban el lugar.
Los hechos, según narró el oficial Tomás Avitia, agente de la Dirección de Seguridad Pública Municipal (DSPM) comisionado en la negociación ?EMWA Joyería?, pasadas las 19:00 horas arribaron a dicha negociación cuatro personas del sexo masculino, los cuales lo amagaron y golpearon con las armas de fuego que portaban, al tiempo que lo amenazaban a él y a las dos empleadas del negocio para que no pidieran auxilio.
Utilizando un martillo ?comprado al parecer minutos antes en el mismo centro comercial-, uno de los asaltantes rompió los vidrios de dos aparadores, de donde sustrajo una cantidad aún no determinada de relojes de las marcas Rolex y Cartier, los cuales fueron colocados en dos mochilas que traían puestas a sus espaldas.
A escasos diez metros de donde esto ocurría, los otros dos sujetos realizaban el atraco de la negociación ?YIM Joyeros?, sometiendo de igual manera a los empleados y guardia de seguridad.
Ya con el botín en su poder, los asaltantes corrieron en distintas direcciones del complejo comercial, ante la mirada incrédula de los clientes que no daban crédito a lo que estaba pasando.
En cuestión de minutos hicieron su arribo al lugar un gran número de elementos de la Dirección de Seguridad Pública Municipal, Policía Ministerial y de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI), quienes portando armas de alto poder, recorrieron uno a uno los locales comerciales, algunos de los cuales cerraron sus puertas dejando a sus clientes en su interior.
La labor de búsqueda dio sus frutos, cuando en uno de los baños públicos ahí instalados fueron descubiertos dos de los presuntos asaltantes, los cuales fueron identificados de inmediato por el oficial Tomás Avitia, como los que momentos antes lo habían golpeado y amagado con las armas de fuego. La identificación fue ratificada por los empleados de las dos joyerías.
La búsqueda de los otros dos asaltantes se extendió hasta el interior de las 14 salas de cine, donde los policías tuvieron que interrumpir las funciones para solicitar a los asistentes información sobre personas sospechosas.
Lo anterior motivó escenas de histeria ?principalmente entre mujeres y niños-, quienes asombrados observaban las armas de fuego que portaban principalmente los elementos del Agencia Federal de Investigaciones.
Los detenidos
Los dos presuntos asaltantes que hasta ayer por la noche se encontraban recluidos para su investigación en los módulos de detención de la DSPM, fueron identificados como Paul Iván Lozano Martínez, de 31 años de edad, con domicilio en calle Cuervos número 240 de la colonia Villa Jacarandas, quien dijo prestar sus servicios para la Secretaría de Educación Pública como intendente del jardín de niños ?Niños Héroes?.
El segundo de los implicados dijo responder al nombre de Óscar Alan Segura Echavarría, de 17 años de edad, con domicilio en calle Palomas número 443 de la colonia Jacarandas, y quien estudia en al escuela Preparatoria Federal por Cooperación (Prefema).
Caos en centro comercial
La función en la sala tres había terminado. La gente se disponía a retirarse del lugar, cuando los jóvenes que trabajan ahí dieron la noticia: una de las joyerías acababa de ser asaltada. Hubo disparos. Nadie pudo salir.
Algunos niños que se encontraban en el interior de las salas comenzaron a llorar. Estaban solos, decían que sus padres los habían dejado viendo la película para ir de compras. Y como algunos traían celulares, los llamaron.
Entre la confusión algunas personas pudieron salir de las salas. Querían encontrar a su familia. Tenían miedo que algo les hubiera pasado, pero en los pasillos la gente corría. Tuvieron que regresar cuando policías armados entraron en los cines buscando a los asaltantes, entonces el temor se convirtió en histeria.
Ahí la función no había terminado. Ni afuera tampoco. Los policías corrían de un lado a otro por los pasillos del centro comercial. Buscaban en las tiendas, en los baños. En todos los rincones. Los clientes, a través de los cristales de las tiendas, observaban sus movimientos temerosos. Minutos más tarde, los agentes comenzaron a evacuar todos los locales comerciales, sólo los empleados permanecían adentro.
Afuera la gente llamaba una y otra vez desde sus celulares a sus familiares, entre la confusión algunos se separaron y los policías los confundían a más. Algunos decían que la evacuación había sido por un lado y unos más que por otro.
Los vehículos del estacionamiento comenzaron a salir del centro comercial. Luego del susto todavía tuvieron que pagar cinco pesos para que los dejaran abandonar el centro comercial, después de todo, negocios son negocios.
