Luciano Valenzuela García | EL SIGLO DE DURANGO
Pese a los problemas de comercialización y productividad, el valor de la producción de la cosecha del ciclo primavera-verano 2003 fue del orden de los dos mil 242 millones de pesos por dos millones 052 mil toneladas obtenidas, informó la Delegación de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa).
De las 630 mil 820 hectáreas que se sembraron en el mencionado ciclo, 75 mil 375 se trabajaron en la modalidad de riego, el doce por ciento de la superficie, mientras que los cultivos de temporal se establecieron en 555 mil 444 hectáreas, que representan el 88 por ciento de la tierra aprovechada.
El ciclo primavera-verano 2003 tuvo un menú de por lo menos 40 productos agrícolas que se sembraron, entre los cuales destacaron el frijol, maíz, avena forrajera , melón, sandía, algodón, sorgo, además de otros como tomate, cacahuate, calabacita, papa, chile, cebolla, tomatillo, pepino, acelga, ajo, camote, chícharo, girasol, flores, lechuga y rábano.
El precio medio rural más alto en la producción de tomate, cotizada a ocho mil pesos la tonelada, a seis mil pesos estaba el girasol, haba verde, rabano, tomatillo y betabel, mientras que en los niveles más bajos se ubicaron las acelgas, ajos, lechugas, trigo y sorgo, que no rebasaron los dos mil pesos por tonelada.
CLASIFICACIÓN
De los rendimientos obtenidos, se calcula que los cultivos de frijol aportaron 170 mil toneladas, 200 mil de maíz, 240 mil de avena forrajera, mil 022 de maíz para uso forrajero, 210 mil de sorgo, 31 mil de chile, cuatro mil de algodón y el resto de los demás productos.
La producción del frijol alcanzó una cotización general estimada en los 850 millones de pesos; en segundo lugar se ubicó la avena forrajera valuada en 340 millones de pesos; después apareció el maíz grano con 307 millones de pesos, 283 millones por el maíz forrajero, 124 millones por el chille y 92 millones por el sorgo.
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La operación del Programa Integral de Agricultura Sostenible y Reconversión Productiva ha quedado indefinida y ha generado incertidumbre a los productores, dijo el dirigente de la Unión de Pueblos Emiliano Zapata, Víctor Barrón Ozaeta.
Aseguró que originalmente el PIASRE –por sus siglas- estaba manejado por el Fideicomiso de Riesgo Compartido; sin embargo, actualmente, “nadie sabe quién es responsable de este programa; incluso, las jefaturas de Distrito de Desarrollo Rural desconocen la operación de este programa”, apuntó.
De acuerdo con las autoridades gubernamentales del sector agropecuario, durante el 2003, el programa en cuestión ejerció 41.4 millones de pesos, aplicados en proyectos que se enfocaron a minimizar los impactos de la sequía recurrente en zonas de alta siniestralidad.