Karpinski dijo que el brigadier general Geoffrey Miller, dijo que los prisioneros debían ser tratados como perros.
15 de junio 2004.
EU (Reuters).-La general estadounidense que fue suspendida debido a los abusos a prisioneros iraquíes en la cárcel de Abu Ghraib, Janis Karpinski, dijo que fue engañada y utilizada como "chivo expiatorio".
"Los interrogatorios estaban bajo otra línea de mando y no había ningún motivo por el cual yo tuviera que ir a mirar en los bloques 1A y 1B o visitar las instalaciones donde se llevaban a cabo los interrogatorios, porque esa no era mi área", explicó Karpinski.
La brigadier general, que estaba a cargo del penal ubicado en las afueras de Bagdad, sostuvo que ella nunca supo de los abusos hasta que en noviembre pasado accedió al informe del Comité Internacional de la Cruz Roja que denunciaba el maltrato a detenidos iraquíes.
Los interrogatorios estaban bajo otra línea de mando y no había ningún motivo por el cual yo tuviera que ir a mirar en los bloques 1A y 1B, o visitar los lugares donde se llevaban a cabo los interrogatorios, porque esa no era mi área.
La brigadier general dijo que ella ni siquiera se enteró de que la misión de la Cruz Roja había visitado la cárcel.
"No lo sabía, y la razón por la que no lo supe fue que ellos visitaron los bloques 1A y 1B, que estaban bajo control de la inteligencia militar".
La brigadier general advirtió además que es posible que más información comprometida emerja en los próximos juicios contra los soldados involucrados.
Karpinski dijo que cuando el brigadier general Geoffrey Miller, el hombre a cargo del penal en la base militar de Guantánamo, vistió Bagdad, le dijo que los prisioneros debían ser tratados como perros.
"Él dijo, ellos son como perros, y si usted les permite creer en cualquier circunstancia que son más que un perro, en ese momento pierde su control sobre ellos".
Karpinski agregó que más preguntas sobre los maltratos deberían formulársele al general Ricardo Sánchez, quien estaba a cargo de las operaciones militares en Irak.
Según un informe del diario Washington Post aparecido esta semana, Sánchez autorizó directamente las torturas cometidas a prisioneros iraquíes en la cárcel de Abu Ghraib.
El periódico se basó en nuevos documentos que indican que Sánchez aprobó en septiembre del 2003 varios métodos de interrogación que ya habían sido utilizados en los prisioneros de la base naval Guantánamo.