TORREÓN, COAH.- Tras las rejas, como ya es costumbre, se encuentran retenidos cinco indocumentados que fueron interceptados cerca de las vías del ferrocarril, en la colonia Eduardo Guerra.
“La situación es difícil en nuestro país, no hay trabajo, la gente tiene que salirse de sus casas”, dice Román Wuiti Leyva de 25 años, hondureño que se desempeñaba como albañil en su país de origen.
El joven fue detenido por agentes de Seguridad Pública junto con otros compañeros. “Yo salí de mi casa desde finales de agosto, ya casi llegaba a Estados Unidos”, señala desilusionado, Onis Maldonado de 22 años.
Valeriano Chica Rodríguez de 30 años, es el más grande del grupo de centroamericanos que formaron un lazo de amistad durante su travesía. “Nos arriesgamos mucho, sabemos que hay gente que sufre en el viaje y puede perder la vida”.
José Antonio Hernández Romero de 17 años, el más joven de los ilegales, dice que es la primera vez que se anima a dejar su hogar para buscar el “sueño americano”. “No sé si volvería a intentarlo, primero tengo que trabajar para juntar dinero para el viaje”.
Juan Ángel Rivas de 24 años, dejó en su país a su esposa y su pequeño hijo de tres años, dice que no quiere volver, el equivalente a 60 pesos mexicanos que gana al día no es suficiente para sobrevivir.
Los hondureños no contaban con documentos que acreditaran su estancia legal en el país, motivo por el cual quedaron a disposición de las autoridades del Instituto Nacional de Migración, para su posterior deportación a su país de origen.