Santiago, (Notimex).- Un policía chileno que enfrentaba problemas matrimoniales ingresó a una iglesia y en medio del estupor y el pánico de los demás feligreses que asistían a misa, asesinó a balazos a su esposa y a su suegra, informaron medios locales.
El cabo de Carabineros (policía militarizada) Gabriel Paez Hernández, de 36 años, irrumpió la víspera en la Parroquia de Nuestra Señora del Rosario de la ciudad de Quilpué, a unos 125 kilómetros al norte de Santiago, y sin mediar palabras disparó contra sus víctimas.
"Ella (la esposa) estaba arrodillada y había comulgado recién cuando se escuchó el primer disparo", dijo una testigo citada por el diario La Tercera, y añadió que después se escucharon otros tiros antes de que el asesino huyera.
En la iglesia quedaron los cadáveres de Marcela Araya Biot, de 36 años, y de su madre Leonor Biot Vidal, de 56 años, quienes recibieron sendos impactos de un revolver calibre 38.
Paez, quien fue capturado poco después sin oponer resistencia y dado de baja inmediatamente de las filas de Carabineros, es un hombre "tranquilo, estudioso y trabajador", según describió al diario una fuente de la Comisaría de Valparaíso, donde prestaba servicios.
"No presentaba ningún antecedente como para pensar que pudiera haber hecho algo así. Incluso tenía el título de Contador Auditor y estudiaba cuarto año de Ingeniería Comercial en la Universidad de Viña del Mar", añadió.
El homicida fue puesto a disposición del Tribunal de Garantía de Quilpué, donde en los próximos días se realizará una primera audiencia para determinar su responsabilidad en el caso.
