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KARACHI, PAKISTÁN.- El comandante del Ejército de la ciudad paquistaní de Karachi salió ileso de milagro cuando ayer hombres armados dispararon y arrojaron una bomba contra el convoy en el que se desplazaba, matando al menos diez personas e hiriendo a su chofer.
Un portavoz del Ejército negó que el Teniente General Ahsan Saleem Hayat haya sido el objetivo del ataque y dijo que estaba a salvo.
Pero un funcionario de seguridad y un importante oficial militar, que pidieron no ser identificados, dijeron que el ataque había sido contra la caravana de vehículos de Hayat y que su chofer había sido herido.
“La explosión se produjo cuando el vehículo del comandante se estaba acercando”, dijo el oficial militar. “Fue una emboscada muy bien planeada”, agregó.
Pero el portavoz del Ejército Coronel Idrees Malik dijo que un jeep de la fuerza y un vehículo policial habían sido impactados, pero aclaró que “el ataque no fue contra el vehículo del comandante, él había llegado a su oficina a salvo al momento del ataque”.
Este incidente fue el último episodio de violencia en golpear a la inestable ciudad portuaria de Karachi luego de que más de 60 personas murieron el mes pasado en distintos enfrentamientos.
El ataque se produjo a unos 400 metros del fuertemente custodiado consulado estadounidense y coincide con una nueva ronda de combates entre el Ejército y extremistas vinculados con Al Qaeda en una remota región tribal fronteriza con Afganistán.
Un portavoz del Ejército precisó que siete soldados, dos policías y un civil murieron como consecuencia del ataque.
