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Asesinan a diplomático iraquí

Fallece el subsecretario del Ministro de Relaciones Exteriores después de ser herido a tiros en Bagdad.

AGENCIAS

BAGDAD, IRAK.- Hombres armados mataron ayer a un destacado diplomático iraquí en el primer asesinato de un alto funcionario en Irak desde que tomó posesión el Gobierno interino el primero de junio.

Varios desconocidos dispararon ayer por la mañana contra el subsecretario del Ministerio de Relaciones Exteriores, Bassam Saleh Kubba, causándole la muerte mientras se dirigía a su puesto de trabajo en el centro de Bagdad.

El Ministerio emitió un comunicado en el que “condena esta acción criminal”. Asimismo manifestó su “gran tristeza” por la desaparición de Kubba al que calificó como “símbolo de la honestidad, la franqueza y el patriotismo”.

Al menos dos personas dispararon contra el coche de Kubba, que viajaba sólo con su chofer y sin escolta, a la altura de la mezquita de Al Asaf, en el barrio de Azamiya de la capital a primeras horas de la mañana.

El viceministro fue conducido al hospital Al Numan donde falleció una hora más tarde, según informó Thamir al Adami, portavoz del Ministerio. El director del hospital, Abdala Sahib, aseguró que al menos diez balas fueron disparadas contra el coche de Bassam Kubba. “Una de ellas le perforó el abdomen”, ratificó el portavoz.

Kubba, de 60 años y de confesión shii, formaba parte de un nutrido grupo de viceministros de Asuntos Exteriores y era el diplomático de más alto rango en el actual Gabinete del recién nombrado ministro, Hoshiar Mahmud al Zibari, del Partido Democrático del Kurdistán.

Fue jefe de misión de su país ante Naciones Unidas en Nueva York. Llegó a ser embajador de su país en China y luego consejero diplomático del viceprimer ministro de Saddam Hussein, Tarek Aziz.

Tras la caída del régimen de Saddam estuvo en el comité de enlace del ministerio de Asuntos Exteriores con Akila Hashemi, una miembro del Consejo de Gobierno Iraquí, asesinada en septiembre de 2003 en Bagdad.

Este atentado es el segundo que se produce contra miembros del Gobierno transitorio en los últimos días. El pasado miércoles, un viceministro de Sanidad, Amar al Safar, salió ileso de un intento de asesinato en el mismo barrio de Azamiya. Al Safar se dirigía igualmente hacia su puesto e trabajo y varios de sus guardaespaldas repelieron un ataque de unos desconocidos que abrieron fuego contra el convoy del funcionario.

El distrito de Azamiya, al norte de Bagdad es mayoritariamente suní y en sus calles habitan los más fervientes defensores del antiguo régimen de la capital.

Por su parte, el ministro británico del Exterior Jack Straw condenó el asesinato, al que calificó como “un escandaloso y deplorable crimen” contra quien sólo trabajaba para fortalecer Irak, “ese país perdió un gran hombre”. En una declaración difundida ayer, el canciller británico también manifestó sus condolencias a la familia, amigos y colegas de Kubba.

En este contexto, la situación en la ciudad de Nayaf permanece en relativa calma, luego de que la víspera el clérigo radical Muqtada al Sadr ofreció de manera inesperada colaborar con el nuevo Gobierno si con ello ayuda a poner fin a la presencia estadounidense en ese país.

Ayer, el Gobierno interino mostró su satisfacción por el apoyo recibido por parte de al Sadr y reiteró que el Gabinete encabezado por el primer ministro Iyad Allawi se opone “fundamentalmente a la ocupación”.

“Acogemos favorablemente las peticiones de al Sadr y reiteramos que no podemos aceptar la ocupación bajo ninguna forma y trabajamos para ponerle fin”, dijo el portavoz de la administración iraquí Gurgis Saada en Bagdad.

Sin embargo, el vocero subrayó la necesidad de que haya negociaciones, coordinación y cooperación entre el Gobierno y la fuerza multinacional que permanecerá en Irak después de la entrega de la soberanía, el próximo día 30.

Las declaraciones de Saada tuvieron lugar un día después de que un asistente del clérigo shiita leyera un mensaje de al Sadr, en el cual pidió a sus seguidores apoyo para el nuevo Gobierno, durante el sermón por el día de oración en Kufa.

Al Sadr, quien se había negado a reconocer al nuevo Gobierno iraquí al considerarlo un instrumento de Estados Unidos, llamó a sus fieles a “llevar esta sociedad por un camino de seguridad y paz, pido abrir una nueva página para Irak”.

La petición del joven clérigo se produjo más de dos meses después de que llamó a la insurrección frente a la ocupación estadounidense, que ha causado la muerte de cientos de personas en Nayaf, Kufa y Kerbala.

Ola de secuestros

Un libanés y dos iraquíes han sido asesinados, otros dos nuevos libaneses secuestrados -aunque de ellos uno fue liberado poco después- en los alrededores de Falluja, el mismo día en que siete ciudadanos turcos han sido puestos en libertad por sus captores en Irak.

Husein Ali Alyam, un libanés de 28 años procedente del sur del Líbano, que trabajaba en una empresa libanesa de telecomunicación para el Gobierno de Irak, había desaparecido el jueves, entre Fallujah y Ramadi, al oeste de Bagdad, junto a otros dos iraquíes de su misma empresa.

Alyam y sus dos colegas iraquíes fueron asesinados y sus cadáveres han aparecido ayer, con las gargantas seccionadas, en una carretera situada en ese mismo lugar, cerca de la ciudad de Fallujah.

Otros dos libaneses que al parecer viajaban con Alyam, aunque según otras fuentes pertenecen a otro grupo, también fueron secuestrados, pero uno de ellos, Roger Hadad, fue liberado poco después y el otro, Habib Samur, sigue desaparecido.

Las radios locales dijeron que Hadad fue liberado contra una cantidad de dinero, pero las fuentes del Ministerio de Exteriores aseguraron “no saber nada a este respecto”.

Todavía nadie ha reclamado la autoría del secuestro, aunque según fuentes diplomáticas libanesas, el rapto estaría motivado por razones económicas y no políticas.

El cónsul libanés en Bagdad, Hasan Hijazi, en unas declaraciones a “La Voz del Líbano”, insistió en que los secuestros no se limitan a los libaneses: “hay jordanos, iraníes e incluso iraquíes. Los secuestradores pertenecen a grupos criminales que tratan de obtener dinero”, explicó.

Por otra parte, otros dos libaneses, Monah Abdallah y Yamil Nabal -también desaparecidos y que se creían secuestrados por otro grupo- están presuntamente detenidos por las fuerzas norteamericanas en Bagdad, que investigan si tienen vínculos con grupos terroristas, según algunos medios libaneses.

Mientras tanto, siete rehenes de nacionalidad turca, que también fueron raptados el pasado el lunes en los alrededores de Fallujah, han sido puestos en libertad ayer y ya están de camino a su país.

La liberación se produjo a primera hora en Fallujah y desde allí se trasladaron a Mosul, en el norte del país, antes de proseguir viaje a Ankara.

Los turcos, que trabajan para la compañía de construcción Serka, han sido liberados “gracias a la intervención de grandes familias de Irak”, dijo en Ankara un portavoz de Serka, que no aclaró si hubo que pagar rescate.

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