EFE
KIEV, UCRANIA.- El asesinato de un policía en un confuso incidente ensombreció ayer el comienzo de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales ucranianas, en medio de denuncias de la oposición de que se prepara un fraude y de advertencias del Gobierno de que no tolerará que los comicios desemboquen en una revuelta.
En el mano a mano electoral se miden el primer ministro, Víctor Yanukóvich, y el líder de la oposición liberal, Víctor Yúschenko, quien hace tres semanas ganó tan sólo por centésimas la primera vuelta.
El presidente de la Comisión Electoral Central (CEC) de Ucrania, Serguéi Kiválov, indicó que el crimen contra el policía se produjo en la aldea Molodetske, unos 150 kilómetros al sur de Kiev, en el recinto del colegio electoral número 163.
Al policía asesinado, identificado como Piotr Potejin, le robaron su pistola de reglamento, y no se dieron más detalles.
En su primera comparecencia ante la prensa, el presidente de la CEC informó de otros dos incidentes graves: en un colegio de la región de Volyn, donde fue robada la caja fuerte con las papeletas, y en un colegio de Odessa, donde fue adulterado el padrón electoral.
Yanukóvich, abanderado de la integración con Rusia, fue el primero de los dos candidatos en acudir a las urnas.
?Será lo que Dios quiera?, dijo el primer ministro a la prensa al ser consultado sobre su pronóstico acerca del desarrollo de los acontecimientos, y añadió: ?Creo que siempre se impone la razón. El equilibrio y la tolerancia de los ucranianos jugarán su papel?.
Su adversario, un político de declarada vocación europeísta, fue mucho más directo a pie de urna y acusó a las autoridades de tramar un fraude, que en definitiva no podrá arrebatarle la victoria.
?En la historia de cada nación hay momentos en que se pone a prueba la disposición a defender de manera civilizada la democracia. Me alegro de que hoy tengamos esa responsabilidad?, dijo Yúschenko, cuyo estado mayor electoral prepara un escrutinio paralelo.
El canal cinco de televisión, el único de oposición, enseñó ayer imágenes captadas en la afueras de Kiev en las que veía a jóvenes tendidos en la carretera para impedir el paso de autobuses con personas provenientes de las regiones rusohablantes del país que presuntamente acudían a votar a la capital ucraniana.