El presidente recordó que nunca había ejercido un cargo político .
08 de marzo de 2004.
Puerto Príncipe, (EFE).- Boniface Alexandre, que fue designado presidente de Haití el pasado 29 de febrero, hizo hoy un llamamiento a la reconciliación y prometió elecciones libres, durante la ceremonia oficial en la que asumió el cargo.
La ceremonia tuvo lugar en el Palacio Presidencial, al que no había acudido aún, en presencia de ministros, jueces, dirigentes de la opositora Plataforma Democrática, embajadores y los siete miembros del llamado "consejo de sabios" que tienen previsto nombrar un primer ministro mañana, martes.
Alexandre, como presidente del Tribunal Supremo, asumió el cargo tras la salida del país del que fuera presidente Jean-Bertrand Aristide, tal y como establece la Constitución.
En su discurso, el presidente recordó que nunca había ejercido cargo político alguno porque "nunca he tenido ambiciones políticas", y se comprometió a "restablecer la ley del Estado y su funcionamientos normal y regular".
Las prioridades de su tarea, insistió en varias partes de su discurso, serán, además de buscar la reconciliación y preparar la celebración de elecciones "para que el pueblo decida", el restablecimiento de la seguridad en el país y poner en marcha un plan nacional urgente humanitario.
Afirmó que la celebración de las elecciones, que deben servir, subrayó, "para salir de esta crisis social, política, de justicia y moral, que nos ha puesto al borde de la guerra civil".
El Gobierno que se forme esta semana, según los previsto, una vez los siete miembros del "consejo de sabios" nombre al nuevo primer ministro, debe ser, dijo el presidente, "de reconciliación nacional, con acuerdo de todos los partidos políticos".
Instó también a todos los rebeldes, pero mencionando expresamente a los partidarios del depuesto presidente Aristide, los del partido Familia Lavalas, a "deponer las armas", pero al tiempo se mostró "abierto a todos los que quieran formar parte de la solución de este país".
Un país que padece no sólo una crisis aguda sino que se encuentra además en una situación "crítica", según coinciden tanto la población como los políticos y los diplomáticos extranjeros.
Al mencionar el desarme de los rebeldes, Alexandre denunció "con la mayor firmeza a los responsables de los crímenes de ayer" y prometió que hará lo posible para llevarlos ante la Justicia.
La oposición a Aristide celebró una multitudinaria manifestación ayer, domingo, en la que, cuando estaba a punto de concluir, se produjeron diversos tiroteos cerca del Palacio Presidencial en los que resultaron muertos seis personas, según las últimas cifras, y otra veintena resultó herida.
No se olvidó el presidente de agradecer a la comunidad internacional por la "solidaridad" mostrada con Haití, una solidaridad que dijo estar seguro de poder contar con ella, lo que "demuestra que formamos parte de la gran familia internacional".
También agradeció especialmente la labor de las tropas de Estados Unidos, Francia, Canadá, Brasil y Chile, que se encuentran en el país, y que "continuarán desplegándose junto a la Policía Nacional, que intensificará sus labores para recuperar el orden".
Por último hizo un llamamiento a sus compatriotas, a quienes prometió ser el "presidente de la reconciliación nacional", para "aprender a vivir juntos", porque "no somos más que un solo país, un barco que si naufraga, todos nos hundiremos con él".