Berger juró como 58 presidente de Guatemala en sustitución de Alfonso Portillo, que deja un país empobrecido y con altos índices de delincuencia.
14 de enero de 2004.
Guatemala, (EFE).- Oscar Berger afirmó al ser investido presidente de Guatemala que "hoy dejamos atrás una etapa de frustración y desaliento, la palabra confrontación es parte del pasado".
"Las palabras que debemos pronunciar y hacer realidad son unidad, seguridad, justicia, trabajo, salud y educación para todos", dijo Berger, de 57 años, en su primeras palabras como presidente.
En una ceremonia en el Gran Teatro Nacional Centro Cultural "Miguel Angel Asturias", añadió que "los escándalos de corrupción y abusos de poder y desfalcos en que han estado involucrados funcionarios del Estado han llevado a los guatemaltecos a perder la confianza en el gobierno y sus instituciones".
El presidente del Congreso Legislativo, Rolando Morales, de la opositora Unidad Nacional de la Esperanza (UNE, centroizquierda), impuso la Banda Presidencial a Berger, de la Gran Alianza Nacional (GANA-derecha).
Berger, que sucede la Jefatura del Estado a Alfonso Portillo, juró lealtad a la Constitución sobre un biblia que sostuvo su esposa, Wendy Widman, antes de recibir la Banda, el Collar y el Botón Presidencial.
Oscar Berger ganó la segunda vuelta de los comicios del 28 de diciembre en los que derrotó a Alvaro Colom, de la UNE.
La ceremonia de investidura de Berger y de Eduardo Stein como vicepresidente, se inició con una sesión solemne del Congreso Legislativo, donde tomaron posesión los 158 diputados electos en las elecciones generales del pasado 9 de noviembre.
Antes de entregar el poder al presidente del Congreso Legislativo, Portillo, en su último discurso como presidente, hizo un repaso a los logros de su gobierno, y reconoció que uno de los asuntos pendientes fue la reforma fiscal por el rechazo de los empresarios.
Al acto de traspaso de mando asistieron todos los mandatarios de de Centroamérica, los de Bolivia y Colombia, el Príncipe de Asturias y heredero de la Corona española, Felipe de Borbón; el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Cesar Gaviria, y 50 delegaciones de diversas partes del mundo.
En representación de Estados Unidos asistió el gobernador de Florida y hermano del presidente, Jeb Bush.
En sus primeras palabras como presidente, Berger sintetizó en una frase su idea que le guiará en los cuatro años que tiene por delante: "hoy dejamos atrás una etapa de frustración y desaliento, la palabra confrontación es parte del pasado".
Perfil del presidente
Nacido en la capital guatemalteca el 11 de agosto de 1946, Berger es hijo de una familia acomodada de ganaderos, asistió a los mejores colegios y a una universidad privada, fue seleccionado nacional de béisbol y está casado desde hace 36 años con Wendy Widmann, con quien ha procreado cinco hijos.
Empresario ganadero y azucarero, simpático y bonachón, "El Conejo" -como es apodado por sus amigos desde la infancia-, Berger es uno de los políticos más queridos por los guatemaltecos, quienes reconocen en él la integridad con la que actúo como alcalde de la capital durante dos períodos consecutivos (1991-1999).
Berger es abogado y notario de profesión, pero nunca ha ejercido como tal, sino que se ha dedicado a la actividad empresarial, ya que su familia paterna es propietaria de amplías extensiones de tierra en la costa sur del país, la zona agrícola más rica de Guatemala.
Con la honestidad y sencillez como sus cartas de presentación, el nuevo presidente guatemalteco es criticado por sus detractores por su supuesta debilidad en la toma de decisiones, falta de disciplina, su improvisación y falta de carácter en momentos críticos.
El empresario, que fue candidato en la conservadora Gran Alianza Nacional (GANA), ganó la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del pasado 28 de diciembre, en las que derrotó al centro-izquierdista Alvaro Colom, de la Unidad Nacional de la Esperanza.
Llegó al poder en su segundo intento; el primero fue en las elecciones de 1999, a los que acudió apoyado por el Partido de Avanzada Nacional (PAN), y en las cuales fue derrotado por Portillo, del Frente Republicano Guatemalteco (FRG).
Aunque ha reconocido abiertamente representar los intereses del sector empresarial, también asegura que gobernará por igual para todos los guatemaltecos, principalmente para los pobres, "aquellos que no han tenido acceso a las oportunidades".
Además, ha ofrecido combatir la violencia y reducir los altos índices de delincuencia que se han incrementado en los últimos años con la actuación de las pandillas juveniles o "maras", así como atraer la inversión extranjera para "generar buenos empleos para todos".
En su programa de gobierno, Berger ha prometido no crear nuevos impuestos ni aumentar los ya existentes, a pesar de que ha reconocido que la carga tributaria del país, que durante 2003 se mantuvo en el 10.3 por ciento del PIB, no es suficiente para cubrir las necesidades del Estado.
En la vicepresidencia le acompañará Eduardo Stein Barillas, un intelectual de 59 años que fue canciller de Guatemala durante el gobierno del presidente Alvaro Arzú (1996-1999), y ha trabajado para diversos organismos internacionales.
