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KABUL, AFGANISTÁN.- El primer presidente democráticamente electo de Afganistán, Hamid Karzai, tomó ayer posesión en medio de fuertes medidas de seguridad para evitar posibles ataques de los talibán o Al Qaeda, y garantizar la seguridad de los invitados.
Ante la mirada de los representantes internacionales, Karzai, quien fue electo el nueve de octubre en las primeras elecciones libres en Afganistán, entró al palacio de Gobierno acompañado del ex rey Zahir.
Con la mano derecha sobre una copia del Corán, Karzai realizó la promesa de defender el nuevo sistema y lograr una conciliación entre los diversos sectores de la sociedad afgana.
Karzai, quien fungía hasta ayer como presidente interino de Afganistán, dijo en su discurso de aceptación que “la lucha en contra del terrorismo continúa, aunque se han logrado importantes golpes en contra de este mal que afecta a la humanidad”.
El mandatario recalcó su compromiso de combatir el narcotráfico, pues consideró que esta actividad estáligada con aquellos que llevan a cabo acciones extremistas en la región.
Afganistán es el mayor productor de opio en el mundo, por lo que la comunidad internacional ha instado al nuevo Gobierno afgano a combatir esta práctica y evitar que este país se convierta en un narco-Estado.
Entre los asistentes a la ceremonia llevada a cabo en el palacio de Gobierno en Kabul se encontraban el representante especial del secretario de la Organización de las Naciones Unidas en Afganistán, Lakhdar Brahimi, el secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer, y el canciller ruso Sergei Lavrov.
Por parte de Estados Unidos estuvieron presentes el vicepresidente Dick Cheney y el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, artífices de la ofensiva que derrocó al régimen talibán, acusado por Estados Unidos de apoyar a Al Qaeda.
En una conferencia conjunta realizada antes de que iniciara la ceremonia, Karzai agradeció a Cheney la ayuda prestada por el Gobierno del presidente George W. Bush en la creación de una nueva era en Afganistán tras tres décadas de conflicto.
“Agradecemos a la gente de Estados Unidos por traernos este día, un día de la paz, un día de la democracia, un día de regocijo para la gente afgana”, dijo Karzai.
Por la mañana, Cheney y Rumsfeld visitaron en la base aérea de Bagram a parte de los 18 mil soldados estacionados en Afganistán, los cuales integran la mayoría de la Fuerza Internacional de Seguridad en Afganistán (ISAF, por sus siglas en inglés).
Desde el lunes las fuerzas de seguridad afganas en coordinación con la ISAF montaron un operativo de seguridad desde el aeropuerto de Kabul hasta el centro de la ciudad, después de que rebeldes talibán amenazaran con lanzar ataques.