Reuters
BAGDAD, IRAK.- Un soldado estadounidense murió ayer a causa de una bomba en una carretera que afectó a su vehículo Humvee en Bagdad y al menos dos civiles murieron después en un tiroteo, dijeron un portavoz estadounidense y fuentes médicas.
Además, un tercer marine estadounidense murió por las heridas provocadas tras un ataque de botes suicidas registrado el sábado en una terminal petrolífera en la costa de Basora.
El general Mark Kimmit dijo que los soldados comenzaron a recibir disparos desde los tejados a ambos lados de la carretera en el este de Bagdad, mientras volvían a su vehículo, atacado después de sacar a las víctimas del lugar.
Testigos dijeron que cuatro niños de alrededor de 12 años murieron alcanzados por las balas de los soldados que iban en el vehículo, que abrieron fuego al azar tras la explosión.
Los niños, que habían salido de la escuela para ver cómo ardía el vehículo, “celebraban” junto a otras personas el ataque cuando fueron alcanzados por los disparos.
Un hospital cercano al lugar del incidente confirmó haber recibido los cuerpos de cuatro chicos con heridas de bala.
Funcionarios de otro hospital cercano dijeron que habían recibido sólo los cadáveres de un hombre y un adolescente.
Kimmit dijo en una conferencia de prensa que los niños estaban saqueando el Humvee cuando los soldados volvieron y les ahuyentaron. Agregó que el incidente se está investigando.
En otro acto de violencia ayer temprano, cohetes Katyusha impactaron dos hoteles y un hospital en la ciudad de Mosul, en el norte del país, matando a cuatro personas e hiriendo a 14, dijo la policía.
No estaba claro quién había lanzado el ataque, pero los insurgentes a menudo disparan cohetes y bombas de mortero contra bases estadounidenses, a veces fallando en sus objetivos y afectando zonas residenciales.
Mientras tanto, el primer ministro australiano, John Howard, llegó ayer a Bagdad y pasó seis horas en el fuertemente custodiado aeropuerto de la capital, donde las tropas australianas están implicadas en el control del tráfico aéreo.
Howard, un firme aliado de Estados Unidos, viajó a Irak para celebrar el Anzac Day, fecha en que Australia y Nueva Zelanda rinde honores a sus caídos en combate. La sorpresiva visita de Howard tiene lugar tras un día particularmente sangriento en Irak.
Docenas de personas, incluidos cinco soldados estadounidenses, murieron en tiroteos y ataques con bombas, morteros y cohetes, en la última escalada de violencia, en el más sangriento mes desde que las fuerzas de la coalición liderada por Estados Unidos derrocaron a Saddam Hussein.