EFE
BAGDAD, IRAK.- Dos militares estadounidenses han resultado muertos en menos de 24 horas en Irak por acciones de la insurgencia, según anunciaron ayer fuentes militares de Estados Unidos, y cinco agentes de las fuerzas de seguridad iraquíes perdieron también la vida en dos ataques en el norte del país.
Un soldado de la Primera División Acorazada murió y otro resultó herido ayer al hacer explosión un artefacto casero al paso de su vehículo.
El ataque se produjo en el barrio residencial de Al Mansur, en pleno centro de Bagdad, según un comunicado militar. Ayer, en un incidente similar, otro soldado murió en la provincia de Al Anbar, según la misma fuente.
Ese infante de marina se encontraba realizando “una misión de rutina” en el llamado “triángulo suní”, al oeste de la capital.
Con estas bajas son ya 409 los soldados estadounidenses muertos en combate desde el inicio de la invasión de Irak, hace ahora un año.
Además, dos guardias del Servicio de Protección de Instalaciones murieron ayer en un atentado suicida en la ciudad de Kirkuk, a 255 kilómetros al noreste de Bagdad, según informaron fuentes de la comandancia de la policía en esa ciudad.
El suceso se produjo cuando un individuo intentó entrar en el edificio del Ayuntamiento y levantó las sospechas de los dos agentes, que procedieron a detenerlo, momento en el que el suicida se hizo estallar y acabó también con la vida de los dos jóvenes.
Asimismo, ayer, fue detenido un hombre en Kirkuk sospechoso de colaborar con la red terrorista Al Qaeda y al que se le acusa de estar preparando una serie de atentados suicidas en la región norte, según fuentes de la guardia civil iraquí.
En el subsuelo de Kirkuk se concentra el 6.4 por ciento de las reservas mundiales de petróleo y es escenario de tensiones y violentos enfrentamientos entre las comunidades árabe, kurda y turcomana desde la caída del régimen de Saddam Hussein, hace casi un año.
Desde entonces, la violencia cotidiana no cesa en Irak. Un tercer oficial de la policía iraquí falleció esta mañana en el hospital víctima de un atentado, perpetrado anoche, contra varios agentes que vigilaban una céntrica plaza en Baquba, 60 kilómetros al noreste de la capital iraquí.
En ese mismo atentado perdieron la vida otros dos agentes, que murieron en el acto.
Según testigos citados por la radio iraquí, varios desconocidos abrieron fuego contra los policías y luego lanzaron una granada de mano contra los heridos. “Llegaron varios hombres en dos coches, sin mediar palabra dispararon a quemarropa contra nosotros y uno de ellos nos ha lanzado una granada mientras gritaba “Allah Akbar” (Dios es el más grande), declaró uno de los policías que logró escapar ileso.
A última hora de ayer, dos agentes permanecen aún hospitalizados en Baquba en estado muy grave, según fuentes hospitalarias.
Otros cuatro policías y seis civiles resultaron heridos en la explosión de un coche bomba, ocurrida el miércoles en la misma ciudad.
Estos ataques son los últimos de una racha de violencia, que se producen incluso a plena luz del día, contra la policía, la guardia civil y otras fuerzas del orden iraquíes entrenadas por la Coalición y a quienes los rebeldes acusan de colaborar con los ocupantes
Estos nuevos cuerpos, que deberán garantizar la seguridad del país tras el traspaso de soberanía el próximo 30 de junio, se han convertido en las últimas semanas en el objetivo principal de los insurgentes.
