EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- Las acciones contra el daño a la salud de miles de niños causado por plomo y otros metales, deben durar mínimo unos diez años, pero lo ideal serían 25, declaró Gonzalo García Vargas, asesor en Toxicología del Programa de Metales.
“La magnitud que tuvimos en 1999 es muy distinta a la actual, lo tenemos que valorar en ese sentido, aunque también sin conformarnos si tomamos en cuenta que todavía hay muchos niños por arriba de un valor seguro, pero ya no es el escenario de valores extremos”.
La tradición de vigilancia ambiental, precisa, empieza en 1960, pero la planta Peñoles funciona desde 1900, lo cual significa que transcurrieron 60 años sin una vigilancia de calidad ambiental.
Otra variable, dice, es la planeación urbana, ya que se debieron haber planeado los usos de suelo, pues hay sectores habitados que nunca debieron hacerlo, con lo cual se reduciría en gran medida la magnitud del problema que se tuvo en años pasados.
El avance se ha dificultado, considera, por la dificultad de lograr acuerdos entre los distintos sectores, como es el Gobierno del Estado, el Municipio, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), la Secretaría de Salud y los afectados, para revisar la mejor manera de protección.
Es importante, destaca, que la ciudadanía se organice a través de los Organismos No Gubernamen-tales (ONGs), porque es muy desgastante presionar a través de plantones. “Necesitan una forma de organización que les permita estar en la jugada durante los diez o 25 años que dure todo esto”.
Respecto al vencimiento del Fideicomiso del Programa de Metales, en mayo próximo, dice que existe el compromiso de autoridades y la empresa de seguir dando la atención. “Lo que se debe ver ahora es cómo será la atención”.
Si la ciudadanía o los afectados por el plomo no se organizan, reitera, será muy difícil que tengan acceso a los niveles donde se van a tomar decisiones.