Turba de opositores al Gobierno incendia tren y deja heridas a 20 personas.
AGENCIAS
DACCA, BANGLADESH.- Bangladesh se convirtió ayer en escenario de severos disturbios cuando activistas opositores incendiaron un tren y marcharon por Dacca, capital bengalí, para protestar por el ataque explosivo que dejó 18 muertos y 300 heridos.
Presuntos simpatizantes de la opositora Liga Awami, liderada por la ex primera ministra Sheikh Hasina, detuvieron ayer cerca de Bhairab, a unos 80 kilómetros al sur de Dacca, un tren que se dirigía a Chittagong, según reportes de la prensa bengalí captados aquí.
Los activistas bajaron a los pasajeros del tren e incendiaron los dos primeros vagones, lastimando a 20 personas, al tiempo que causaron severos daños a una de las estaciones próximas a Chittagong, así como a la oficina de correos de esa localidad.
La acción de los activistas fue frenada por la policía local luego de un severo enfrentamiento entre las partes que se saldó con unos siete lesionados.
Los responsables de la acciones en Chittagong la calificaron como una respuesta al ataque explosivo registrado la víspera durante un mitin de la Liga Awami en Dacca, que ha dejado hasta ahora unos 18 muertos y alrededor de 300 heridos.
Unos siete artefactos fueron detonados la víspera cuando la lidereza de la Liga Awami, quien logró salir ilesa del ataque, concluía un discurso que daba ante simpatizantes en las afueras de las oficinas de su partido.
La ex primera ministra responsabilizó del ataque explosivo al Gobierno, pero el primer ministro de Bangladesh, Begum Khaleda Zia, rechazó la acusación y prometió que iniciará una investigación para encontrar a los responsables de tal hecho.
Los médicos dijeron que las clínicas estaban repletas y solicitaron donaciones de sangre. Muchas personas resultaron heridas en las explosiones y el número de muertos podría aumentar, añadieron los doctores.
Nadie se atribuyó la responsabilidad por el ataque, pero el secretario general de la Liga Auami, Abdul Jalil, dijo que Hasina era el blanco. Los manifestantes protestaban por una serie de explosiones que a comienzos de este mes mataron a dos personas, incluido un simpatizante de la oposición, en la ciudad nororiental de Silet.
El ataque también ha llevado a cientos de personas a tomar las calles de Dacca ayer para manifestarse contra el Gobierno, pero estas manifestaciones han sido reprimidas por la policía capitalina que arrojó gases lacrimógenos a los participantes.
Tras el trágico incidente del sábado decenas de furiosos militantes destruyeron e incendiaron los vehículos que se encontraban en el lugar y recorrieron las calles de Dacca en señal de protesta.
Bangladesh, un país empobrecido de 140 millones de habitantes, tiene un largo historial de violencia política. Por lo menos 134 personas han muerto en ataques dinamiteros durante los últimos cinco años.
