POUGHKEEPSIE, Nueva York, EU (AP).-Dentro de una sala climatizada en la biblioteca principal del Colegio Vassar, codeándose con primeras ediciones de autores de la talla de Jane Austen y George Eliot, se atesora una colección diferente pero igualmente valiosa: las cartas de Albert Einstein.
El afamado físico, al que la revista Time proclamó como la figura del siglo XX, escribía con frecuencia a sus amigos para comentar acontecimientos actuales, algunos alarmantes como el ascenso de los nazis al poder en la Alemania de los años treinta.
La colección, considerada una de las mayores y más diversas de Einstein en Estados Unidos, fue donada por una ex alumna de la universidad que mantuvo amistad con el economista Otto Nathan, un amigo del físico que enseñó brevemente en Vassar y que pasó a ser el único albacea de la herencia de Einstein.
Cuando Nathan murió en 1987 a los 93 años, dejó cajas de sus posesiones, incluyendo cartas manuscritas de Einstein, a su ex estudiante Adele Gabel Bergreen y al marido de ésta, Morris.
Hace algunos meses, Bergreen donó más de 150 de las cartas originales de Einstein, libros con dedicatorias, manuscritos y fotografías a su "alma mater", un pequeño establecimiento universitario de artes liberales a 115 kilómetros al norte de la ciudad de Nueva York.
Actualmente, Vassar está traduciendo los escritos de Einstein del alemán con el propósito de presentarlos en una exhibición el año próximo en el centenario de la publicación de su teoría de la relatividad.
Einstein, una de las mentes más creativas, fue el más prominente físico teórico de su época, desarrolló teorías científicas y ganó el Premio Nóbel en 1921 por su explicación del efecto fotoeléctrico. Pasó su carrera en instituciones en Europa y en Princeton, Nueva Jersey, donde murió en 1955.
La colección más sustanciosa de Einstein se encuentra en la Universidad Hebrea de Jerusalén, a la que legó todos sus trabajos. Pero también abundan otros objetos y documentos suyos en universidades, bibliotecas y colecciones privadas en el mundo.
Antes de morir, Einstein designó a Nathan y a su secretaria Helen Dukas testamentarios de su propiedad literaria. Estos dos pasaron el resto de sus vidas organizando los papeles en la casa de Einstein en Princeton, como también reuniendo y fotocopiando materiales de todo el mundo para el archivo en Jerusalén.
El grueso del material de Vassar ha estado disponible a los investigadores mediante fotocopias en la Universidad Hebrea, pero la colección es valiosa por su autenticidad, dijo Diana Kormos-Buchwald, directora del Proyecto del Material Einstein en el Instituto de Tecnología de California.
La colección de Vassar consiste principalmente en correspondencia de Einstein a Nathan entre 1934 y 1953. Los dos huyeron por separado de la Alemania nazi durante el ascenso de Hitler al poder, y más adelante entablaron amistad en Estados Unidos.
Dos años antes de su muerte, Einstein escribió: "el lazo entre nosotros se ha estrechado aun más. Siempre fue un milagro que nos entendiéramos con tan pocas palabras".
Las cartas, algunas desvaídas y ajadas en los extremos, reflejan las cavilaciones del físico sobre la Segunda Guerra Mundial, la situación de los judíos en Europa y el desarme nuclear.
En una carta fechada el 14 de julio de 1936, Einstein escribió a Nathan: "Los acontecimientos en Europa son inenarrables. Dios parece haber designado al demonio para que lo dirija. El peligro fascista aquí también parece avanzar".
Dos meses después, le decía que "lo único positivo parece ser que Hitler... pueda cometer suficientes estupideces como para volcarse todo el mundo en contra".
Ronald Patkus, director adjunto de las colecciones especiales de Vassar, dijo que "un aspecto importante de la colección es que realmente vemos los puntos de vista de Einstein sobre las cuestiones sociales y políticas de su época".
Bergreen, graduada de Vassar en 1944, recibió las pertenencias de Nathan después de la muerte de éste, y se apresuró a donarlas a varias instituciones académicas. El material que retuvo -estimado en millones de dólares- permaneció en una maleta en su oficina de abogados de la ciudad de Nueva York hasta que lo legó a Vassar.
La colección Vassar también contiene copias en carbónico de las cartas de Nathan a Einstein, además de cartas de la esposa del físico, Elsa, a Nathan. Asimismo hay correspondencia a Einstein del padre del sicoanálisis, el austríaco Sigmund Freud.
Además de las cartas, hay una solicitud contra las armas nucleares que Einstein firmó junto con el ex vicepresidente Henry Wallace en los años cincuenta, como también varios libros dedicados por Einstein a Nathan y fotografías de los dos amigos.
Los investigadores de Caltech están por publicar la colección completa de cartas personales y manuscritos científicos del físico. El proyecto planea 29 volúmenes, y ocho ya han sido publicados por Princeton University Press.