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Atletas se dicen inocentes por casos de dopaje

NUEVA YORK, EU.- Barry Bonds, astro del beisbol admite haber consumido esteroides, pero dice que no sabía lo que eran. El basquetobolista Carmelo Anthony no tenía idea alguna que había mariguana en su mochila, ni que estaba apareciendo en un DVD en el que uno de sus amigos advierte que los informantes de drogas "reciben un balazo en la cabeza".

La atleta Marion Jones parece saber algo, al menos si uno le cree a la alimaña que apareció en la televisión nacional el viernes por la noche para ufanarse de cómo él la ayudó a ganar cinco medallas en las Olimpiadas de 2000 suministrándole una serie de drogas.

Aparentemente, Jones se sentía tan cómoda con la jeringa que se inyectaba a sí misma con la facilidad de un drogadicto callejero. ¿Te hace falta una medalla de oro? Eso fácil. Descúbrete la pierna, saca el inyector especial de 1,000 dólares y corre, corre como el viento.

Por supuesto, Marion Jones lo niega todo, aunque contradice toda noción lógica el hecho de que alguien que estuvo tan dominante en Sydney no puede siquiera conseguir una medalla de bronce en Atenas, donde los inspectores de drogas eran tan eficientes que los astros griegos de atletismo escaparon del estadio olímpico en una motocicleta aterrorizados al oírles tocar a la puerta.

Bonds igualmente lo niega todo en público, aunque fue forzado bajo la amenaza de perjurio a admitir finalmente a un jurado investigador federal que él había usado una crema y una substancia incolora que le dio su entrenador, quien está acusado de pertenecer a una red de distribución de esteroides.

Bonds dice que usó las sustancias para tratar el dolor de artritis, no para añadir unas cuentas libras de musculatura. Anthony pudo haber dicho que la marihuana encontrada en su mochila era medicinal, pero él tenía una excusa mejor: dijo que uno de sus amigos la puso allí.

Incluso si Bonds está diciendo en parte la verdad, eso no importa. Su récord de jonrones ha sido manchado, y el mismo deporte que una vez puso un asterisco junto al récord de Roger Maris simplemente porque superó a Babe Ruth debería ahora sacar de los libros los 73 jonrones bateados por Bonds en el 2001.

¿Pueden imaginarse a Hank Aaron teniendo que felicitar a Bonds cuando éste rompa su marca de 755 jonrones? ¿Qué tipo de ceremonia va a preparar el comisionado de béisbol Bud Selig para un día que está apenas a 53 jonrones e distancia?

En el caso de Jones, ya existen comentarios entre funcionarios olímpicos de que pudieran quitarle las cinco medallas que ganó en Sydney, cuando los deportistas que usaban esteroides le llevaban aún la delantera a los análisis.

Al menos la gente que dirige los juegos olímpicos está tratando. Las autoridades de las Grandes Ligas no han hecho otra cosa que implementar un débil plan de análisis que los millonarios del deporte evaden fácilmente.

Consideren a tipos como Jason Giambi, quien dijo al jurado investigador que él uso esteroides durante al menos tres campañas y se inyectó con la hormona humana de crecimiento en el 2003 para poder batear más pelotas a las gradas altas del jardín izquierdo en el Yankee Stadium.

Giambi pudiera pagar un precio más alto que Jones o Bonds por sus acciones. Se perdió la mitad de la campaña pasada a causa de fatiga y un tumor benigno, que de acuerdo al Daily News de Nueva York reportó estaba en su glándula pituitaria.

De acuerdo con varios informes, Giambi declaró que una de las drogas que usó fue Clomid, un medicamento de fertilidad femenina que expertos dicen puede exacerbar un tumor pituitario. Como si eso fuera poco, los Yanquis podrían cancelar un contrato que aún le debe 82 millones de dólares.

No todos los atletas usan drogas, por supuesto. Pero muchos tienen otros problemas.

Por ejemplo, Anthony, el astro de los Nuggets de Denver, cuya idea de ajustarse a la vida en la NBA parecer ser llevar una bolsa de marijuana al aeropuerto, enredarse en una pelea en un bar de Nueva York, y aparecer en un vídeo callejero en el que el pandillero parado junto a él alardea de matar a cualquiera que informe a la policía de narcotráfico.

Y el sábado el entrenador de la Universidad de Michigan acusó a algunos colegas de tratar de robarle potenciales atletas diciéndoles que él estaba enfermo o pensaba retirarse.

Incluso en la Universidad Brigham Young, de los mormones, cuatro atletas de fútbol fueron acusados el viernes de violar a una muchacha de 17 años.

Esteroides, drogas, peleas, mentiras, acusaciones de violación. En apenas unos días hemos visto la cara sucia del deporte.

Los escándalos hacen que deportes amañados como gimnástica y patinaje sobre hielo se vean bien. O pero aun, incluso el boxeo.

Después de todo, han pasado años desde la última vez que Mike Tyson le mordió la oreja a alguien o amenazó con comerse a sus hijos.

Investigará declaraciones dueño BALCO sobre Jones

Los dirigentes antidopaje de Estados Unidos planean interrogar al dueño de los laboratorios BALCO, Víctor Conte, después de que afirmó ver a la velocista Marion Jones tomar drogas prohibidas, dijo ayer la Federación Internacional de Atletismo (IAAF).

"La IAAF ha realizado un contacto con la pertinente autoridad en Estados Unidos, en este caso la USADA (Agencia Antidopaje de Estados Unidos), dijo a los periodistas el portavoz de la IAAF Nick Davies.

"Ahora que Conte ha roto su silencio, buscaremos de él información adicional. La IAAF seguirá la situación", agregó.

"Todos los vínculos con BALCO están investigándose".

Jones ha negado haber usado drogas para mejorar el rendimiento pero Conte dijo el viernes en una entrevista concedida a la cadena televisión ABC que había visto a la ex campeona olímpica inyectarse esteroides como parte de un programa de dopaje diseñado por él mismo.

El dueño de los laboratorios BALCO, que se enfrenta a cargos federales por distribución de esteroides, dijo que comenzó el programa para Jones antes de los Juegos Olímpicos de 2000 y que continuó con ellos posteriormente.

Demandan política antidrogas

El senador John McCain apremió a los representantes de dueños y jugadores en las grandes ligas a que reformen la política de exámenes de drogas en el beisbol para "restaurar la integridad" del deporte.

Tras expresar consternación por revelaciones del uso de esteroides por algunos de los principales astros del deporte, el senador republicano repitió una amenaza que hizo antes de la campaña pasada, de que presentará proyectos de leyes más estrictas para reglamentar el beisbol si éste no las adopta por sí mismo.

Las acusaciones de uso de esteroides llegaron a la prensa esta semana con reportes de declaraciones ante un jurado investigador en San Francisco que vincularon a astros como el líder jonronero Barry Bonds y el toletero Jason Giambi.

En una entrevista televisiva por la cadena ABC el viernes por la noche, el jefe de laboratorio implicado en el escándalo añadió los nombres de importantes atletas de campo y pista y futbol americano a aquellos que él dijo usaron substancias ilegales. Víctor Conte, jefe del Bay Area Laboratory Co-Operative, dijo que no sabía si Bonds, que juega para los Gigantes de San Francisco, había usado esteroides.

"Estoy consternado, aunque no sorprendido" por los reportes, dijo el viernes McCain, que preside el comité de Comercio del Senado, en una declaración. "Aún así, las Grandes Ligas y sus jugadores insisten en hacerse los ciegos ante los problemas que amenazan con minar la legitimidad de su deporte".

McCain demandó una pronta acción de Bud Selig, el comisionado de las mayores, y del jefe del gremio de peloteros, Don Fehr, para resolver el problema.

"Para restaurar la integridad del béisbol, el comisionado Selig y don Fehr deben reunirse inmediatamente y llegar a un acuerdo para implementar una política de análisis de drogas que sea al menos tan estricta como la existente en las ligas menores", dijo.

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