Pagan con cárcel aquéllos que cometan errores contables que antes ameritaban sólo una multa .
EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- Todos corren peligro. Contadores públicos y contribuyentes pueden terminar en la cárcel. El “terrorismo fiscal” aumenta. Los errores contables que en el pasado ameritaban una multa, hoy se pagan con la cárcel.
Armando Torres Gómez, contador público con muchos años de experiencia, vivió en carne propia los instrumentos que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público utiliza para amedrentar a la ciudadanía, inculpando a los contribuyentes por omisiones en sus bancos de datos.
Más de un mes estuvo detenido en un centro penitenciario Armando Torres, al final recuperó su libertad; según el toca penal 70/2004, en el Tribunal Unitario se revocó el auto de formal prisión dictado el pasado nueve de febrero del presente por el Juzgado Segundo de Distrito, luego de cumplirse una orden de aprehensión singular por defraudación fiscal.
El caso de Armando puede ser el primero de muchos en el presente año. Al respecto, el abogado, Gumaro Jesús López Gutiérrez, dice: “Son las reformas al Código Fiscal de la Federación, las que ahora pueden mandar a la cárcel a cualquiera. Para Hacienda, un error es un engaño”.
El inverosímil caso se agravó. Por un lado, el Código Fiscal se reforma cada año, pero por el otro, la actualización de los montos que marcan las penalidades en el artículo 108, no están al día. “Esta omisión puede mantener en la cárcel a una persona, que dependiendo del monto, puede solicitar su libertad bajo caución”, señala López Gutiérrez.
Para el abogado, la raíz del problema se encuentra en la falta de actualización de los bancos de datos de Hacienda y la mala ejecución de la Ley. En el caso de Armando Torres, la acusación original señala: Cobro indebido de impuestos retenidos a supuestos trabajadores de Ferromex.
El abogado defensor explica que Armando Torres, como prestador de servicios, contaba con una carta poder que lo facultaba a realizar el cobro de sus representados y asegurar el diez por ciento de su comisión. En teoría, fueron los contribuyentes los que solicitaron la devolución de los impuestos y en todo caso, también tendrían responsabilidad.
Hoy Torres Gómez goza de su libertad, ahora tendrá que olvidar su reclusión. Mientras tanto, el mensaje es para la ciudadanía, en la actualidad, son muchas las personas que ocupan de un contador, son muchos los contribuyentes y todos corren el mismo riesgo... terminar en la cárcel por un error.