Recuperan los clientes las prendas que empeñaron en el año; aprovechan los aguinaldos
La actividad en el Nacional Monte de Piedad aumenta considerablemente durante el mes de diciembre, ya que muchas personas acuden a este sitio a recuperar prendas empeñadas anteriormente al recibir los aguinaldos, comentó el gerente del establecimiento, Carlos Rivera Arriaga.
Durante el año hay un desempeño de 250 artículos por día; sin embargo, en estas fechas llegan alrededor de 500 personas a retirar objetos empeñados diariamente; en el caso de empeños es a la inversa, ya que de tener en otras épocas 380 operaciones realizadas diariamente, en estas vacaciones se reducen a 270, señaló el Gerente del establecimiento.
En esta época es más común que las personas acudan a recuperar objetos que a empeñarlos, ya que cuentan con el dinero necesario para hacerlo, lo cual es benéfico para la sociedad, expresó Rivera Arriaga.
En este lugar se pueden encontrar todo tipo de objetos, desde un reloj, alhajas y joyas, hasta vehículos y enseres menores.
Los artículos que desean ser recuperados en esta sucursal tienen un dos por ciento de interés mensual y debe presentarse la boleta de registro, así como una identificación, con un plazo de hasta cinco meses de empeño, mencionó el Gerente de esta sucursal.
Sin embargo, los aparatos electrónicos son la excepción, ya que debido a la depreciación que tienen no es posible valuarlos de igual manera.
Agregó que en el caso de los relojes se aplican tres refrendos cada cuatro meses, por lo que el cliente cuenta con mayor tiempo para recuperarlos, apuntó el Gerente del Monte de Piedad.
Para dar un mejor servicio al pignorante, el Monte de Piedad abre una caja más en caso necesario; sin embargo, la actividad no varía mucho, por lo que no se requiere aumentar el personal de este lugar, indicó Rivera Arriaga.
ANTECEDENTES
Nacional Monte de Piedad
Desde 1743, Pedro Romero de Terreros -inspirado en el primer Monte de Piedad de Perusa, en 1450- concibió la idea de fundar una fuente perpetua de ayuda para los más necesitados a través de préstamos prendarios. En un principio, no se cobraban intereses; las limosnas que voluntariamente dejaban los pignorantes ayudaban a socorrer al desvalido y, en segundo término, se utilizaban para la realización de las misas de los fieles difuntos.
En 1767, el Conde de Regla ofreció al Supremo Consejo de Indias 300 mil pesos oro para realizar la fundación. La oferta llegó hasta el Rey, el cual dio su aceptación y autorización en 1771. Un año después, en 1772, se instruyó en Madrid el expediente respectivo y mediante Cédula Real -otorgada en Aranjuez el 2 de junio de 1774-, Carlos III aprobó la fundación tal y como había sido propuesta. Pidió a don Miguel Páez de la Cedena -superintendente de la Real Aduana de México- la redacción de los Estatutos del Sacro y Real Monte de Piedad de Ánimas, como en su origen se denominó.
Este mismo año la Cédula Real fue enviada al virrey de la Nueva España, don Antonio de María de Bucareli, para determinar la adquisición de una casa apropiada, las dotaciones de los empleados y el dictamen de las leyes correspondientes para el buen gobierno de la institución y la cuidadosa administración de sus fondos.
El Sacro y Real Monte de Piedad de Ánimas abrió sus puertas al público el sábado 25 de febrero de 1775. Su sede fue el antiguo edificio que albergó al Colegio de San Pedro y San Pablo -propiedad de la Compañía de Jesús- ubicado en lo que hoy es la calle de San Ildefonso, número 60 de la Ciudad de México, Distrito Federal.