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MEXICO, DF.- Según datos de la CEPAL, a principio de los años 80, la mayoría de los pobres de América Latina se encontraban en el medio rural. Sin embargo, para mediados de la llamada ?década perdida? (1980) la pobreza pasó a localizarse mayoritariamente en zonas urbanas.
Como resultado de la baja creación de empleo moderno (respecto del aumento de la Población Económica Activa), la mayoría de los pobres obtienen sus ingresos en el sector informal.
A fines de la década de los noventa, 48 de cada 100 trabajadores urbanos de Latinoamérica se desempeñan en el sector informal, señala un estudio del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
En los últimos 30 años, la población en la región latinoamericana aumentó 74 por ciento y de ésta, el 40 por ciento de la población total en la región es pobre, señala un análisis del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del Partido Revolucionario Institucional (PRI) presentado en el seno de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y El Caribe (Copppal).
En 2002, el número de latinoamericanos que vivían en pobreza alcanzó los 220 millones de personas (43.4 por ciento), de los cuales 95 millones (18.8) eran indigentes, según datos del PNUMA.
Al comparar estas cifras con las de años anteriores, se constata un relativo estancamiento del proceso de superación de la pobreza en la región latinoamericana. En consecuencia, el número de personas pobres en América Latina fue diez millones mayor que el de 1999.
El análisis del CEN del PRI señala a su vez que el 35por ciento de los pobres en América Latina y El Caribe son niños menores de 15 años y casi el 60 por ciento de todos los niños son pobres.
?La pobreza que afecta a la región se enmarca en un contexto internacional en el que un cuarto de la población mundial (mil 300 millones de personas) padece las consecuencias de una pobreza severa, de las cuales 800 millones no tienen una alimentación adecuada y 500 millones son mal nutridos crónicos?.
Hasta 2002, el país más afectado por el aumento de la pobreza fue Argentina con un estimado cercano al 5.6 por ciento más de pobres y 3.1 más de indigentes, según datos de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL). Esto equivale a un tercio del total de pobres en América Latina.
En el marco del Día Mundial de la Alimentación, el CEN del PRI dio a conocer estas cifras, que a la vez desmienten las afirmaciones oficiales del Gobierno en el sentido de que la pobreza en el país ha disminuido.
Según el análisis del PRI, aproximadamente el 53.7 por ciento de la población se encuentra en niveles de pobreza, y el 24.2 por ciento padece pobreza extrema. De este último porcentaje, más del 65 por ciento vive en el medio rural, con ingresos 80 por ciento menores a los de las ciudades.
?En el empleo o subempleo tenemos que el 80 por ciento de la PEA es tan baja que en términos monetarios el 54por ciento no gana ni dos salarios mínimos además de que sólo el 15 por ciento de los ocupados tiene alguna seguridad social?.
La mayoría de los pobres que habitan el área rural dependen de otras actividades económicas para subsistir y hay más de una decena de estados amenazados por la inseguridad alimentaria.
La capacidad de compra del salario mínimo ha caído 75 por ciento en los últimos 20 años; no obstante para el Gobierno, estos se han recuperado en un 10.5 por ciento.
Para el año 2000 México fue el país de América Latina que más drásticamente redujo el salario mínimo de una lista de 18 países ya que se registró una pérdida del 68.6 por ciento.
Así, la mano de obra mexicana es de las más baratas de la región y según estimaciones de la Universidad Obrera de México, de la devaluación de diciembre de 1994 a enero de 2002, el salario mínimo en México sólo pudo comprar el 26.10 por ciento de la canasta básica.
La pérdida del poder adquisitivo del salario mínimo en México es tan grave, que si suponemos que se reconociera un aumento del 283 por ciento para que el salario estuviera escasamente al nivel de 1994, aun así, no se podrían resolver las necesidades familiares de vivienda, educación, vestido y cultura, como en rigor debiera cubrir una minipercepción.
