Agencias
MOSCÚ, RUSIA.- Con el eco aún presente del último atentado en el metro, Moscú se vio de nuevo conmocionada por el hundimiento de la cúpula de hormigón y cristal de su parque acuático, que causó al menos 26 muertos y más de un centenar de heridos.
En torno a las siete de la tarde del sábado, casi cinco metros cuadrados de la cúpula del Transvaal Park se vinieron abajo en pocos segundos y sepultaron a decenas de niños y adultos que disfrutaban en el recinto.
Esta meca del ocio moscovita se encuentra en el distrito de Yásenevo del suroeste de Moscú y era hasta ayer uno de los más modernos parques de Europa.
Durante toda la noche y la mañana de ayer, casi un millar de socorristas, bomberos y policías retiraron los cadáveres que hallaban bajo la montaña de escombros en que se convirtieron las instalaciones, mientras las ambulancias trasladaban a los heridos a los hospitales.
Al menos 113 personas fueron rescatadas con vida de entre los escombros, con cortes, aplastamientos e hipotermia causada por los 20 grados bajo cero de la noche moscovita, que gran parte de los heridos tuvieron que afrontar apenas cubiertos por los trajes de baño que llevaban puestos, mientras disfrutaban del clima tropical del parque.
Entre el centenar de heridos en la catástrofe hay dieciséis cuyo estado es muy grave y los médicos temen por su vida.
Al menos seis niños murieron y otros cinco se encuentran en unidades de reanimación, muy graves.
Este accidente sucedió apenas una semana después del atentado que mató a cuarenta personas en el metro de Moscú, de ahí que la primera hipótesis fuera que de nuevo el terrorismo golpeaba la capital rusa, versión alimentada por la “explosión” que se oyó en el momento en que la cúpula del parque se resquebrajaba.
El alcalde de Moscú, Yuri Luzhkov, se encargó de refutar esa posibilidad y apuntó a un posible fallo en la estructura del edificio o a una negligencia en la explotación indebida de las instalaciones.
La Fiscalía de Moscú ya ha abierto un caso de “homicidio por negligencia” por si fuera preciso delimitar responsabilidades criminales.
Mientras durante ayer los equipos de socorro buscaban nuevas víctimas entre el amasijo de hormigón, cristal y acero, varios peritos y arquitectos examinaban los restos de la cúpula hundida para establecer esas responsabilidades.
De momento, tanto la dirección del parque como la constructora del complejo recreativo (la empresa turca Kocak) han sido convocados por la Fiscalía de Moscú para dilucidar si se incumplió alguna de las normativas sobre seguridad arquitectónica.
“Es necesario acabar con este caos”, dijo el ministro de Situaciones de Emergencia, Serguéi Shoigu, en referencia al incumplimiento de las mínimas medidas de seguridad por muchas de las empresas que han convertido el sector de la construcción en la gallina de los huevos de oro de la economía rusa.
La constructora turca Kocak rápidamente expresó su estupor por el suceso y subrayó que desconocía los detalles del accidente.
Kocak tardó apenas un año y medio en levantar el Transvaal Park, de ahí las sospechas que ahora se ciernen sobre ella y sobre quienes otorgaron las licencias de construcción.
Pero mientras la investigación sobre lo ocurrido da sus primeros pasos, los equipos de rescate siguieron removiendo los escombros por si hubiera más víctimas bajo los mismos.
