EFE
RABAT, MARRUECOS, (EFE).- El último recuento oficial del terremoto que asoló en la madrugada del martes la provincia rifeña de Alhucemas, en el noreste de Marruecos, se elevó ayer, a 571 muertos y 405 heridos, según declaró el ministro marroquí de Interior, Mustafa Sahel, a la prensa.
No obstante, Sahel señaló que el recuento sigue siendo provisional.
El terremoto del martes, de magnitud 6.3 en la escala abierta de Richter, tuvo su epicentro al suroeste de la localidad de Alhucemas, y hasta el mediodía de ayer se produjeron entre 140 y 160 réplicas en zonas del sur de España y del norte de Marruecos, zona de contacto de las placas tectónicas europea y africana, según informó el Instituto Geográfico Nacional (IGN) de España.
A su vez, centenares de personas de las zonas dañadas se preparan para pasar su segunda noche en la calle, la mayoría de ellas porque, tras las réplicas que han sucedido al terremoto principal del martes, tiene miedo a regresar a sus casas y que haya otras sacudidas sísmicas.
En Imzouren, el segundo núcleo poblacional de la región y la localidad más dañada, la situación es especialmente crítica, porque ningún vecino quiere volver a su casa y las decenas de tiendas de plástico que ayer instaló el Ejercito marroquí no son suficientes para albergarles.
Por otra parte, toda la sociedad española desde las Organizaciones No Gubernamentales hasta el Gobierno, pasando por los ayuntamientos, sus corporaciones de bomberos y las comunidades autónomas, se han volcado ayer en el envío de ayuda a las víctimas del terremoto.
El terremoto de Marruecos es el mayor en magnitud y desastre registrado en ese país desde el de 1960, que se cobró al menos 15 mil muertos y destruyó la ciudad de Agadir.