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Aún vive en la memoria 'La Doña'

Notimex

MÉXICO, DF.- La actriz María Félix, quien destacó por su belleza apabullante, talento, magnética personalidad, voluntad firme, carácter decidido, temperamento arrollador, su inteligencia singular y filmó en México y el extranjero, murió el ocho de abril de 2002, el día que cumplió 88 años.

La Doña, María Bonita y María de México, como era conocida, falleció en su residencia del elegante barrio de Polanco de esta capital, mientras dormía.

Al día siguiente fue inhumada en el panteón Francés, luego de que miles de personas, entre las que figuraban el presidente Vicente Fox Quesada y su esposa, le rindieron un cálido homenaje en el Palacio de Bellas Artes.

Meses después de que fue inhumada, a petición de un hermano suyo fue exhumada, porque él afirmaba que La Doña había muerto en circunstancias no del todo claras.

Luego de que se hicieron los exámenes pertinentes, todo quedó aclarado y se reiteró que María Bonita murió de un ataque cardiaco.

Días después de que fue sepultada, tanto en México como en otros países, se proyectaron sus filmes en el cine y la televisión.

Octavio Paz, Nobel de Literatura 1990, dijo en una ocasión: "María Félix nació dos veces; sus padres la engendraron y después ella se inventó a sí misma; nació como un relámpago que desgarra las sombras".

Durante su larga trayectoria en el cine, María Félix filmó 47 películas en diferentes países como México, Italia, Francia, Argentina, Marruecos y España y fue dirigida entre otros, por el cineasta español Luis Buñuel.

Nunca aceptó filmar en Hollywood porque según ella siempre le ofrecieron papeles de cheyena (india). Fue muy amiga del productor estadounidense Cecil B. de Mille.

Recibió infinidad de premios tanto en México como fuera de aquí, como un reconocimiento a su trayectoria artística.

Filmó al lado de destacados actores como Pedro Armendáriz, Dolores del Río, Pedro Infante, Rossano Brazzi, George Marchall, Yves Montand, Gerard Philipe, Vittorio Gassman, Curd Jurgens, Fernando Rey, Jack Palance, Jorge Mistral, Arturo de Córdova, Jorge Negrete, Carlos Thompson e Ignacio López Tarso.

Fue amiga de Gabriel García Márquez, Jean-Paul Sartre -ambos Nobel de Literatura-, Jean Cau, Leonor Finí, Plácido Domingo, Jean-Paul Belmondo, Luis Miguel Dominguín, Manuel Rodríguez "Manolete", Jean Gabin, Jean Renoir, Gerard Philipe, Ives Montand, Salvador Dalí y Alain Delón.

Su primer esposo fue Enrique Alvarez, con quien procreó su único hijo, del mismo nombre, quien se dedicó al cine, luego de estudiar diplomacia y que falleció en esta ciudad en mayo de 1996, cuando ella se encontraba en París, ciudad a la que siempre amó.

Después le siguieron el cantautor Agustín Lara, quien le compuso la canción María Bonita, que le ha dado la vuelta al mundo, el charro cantor Jorge Negrete, y el industrial francés Alex Berger, con quien vivió 18 años en París, donde murió el 31 de diciembre de 1974.

El pintor ruso-francés Antoine Tzapoff fue su último compañero sentimental y cuando ella dejó de existir, él estaba en la capital francesa.

Tzapoff le hizo varios cuadros, donde al decir de los críticos, resaltaba la belleza de La Doña, quien cuando él estaba en la Ciudad Luz y ella en la Ciudad de los Palacios, se llamaban por teléfono, y a esa conversación María la llamaba La Hora Mágica.

Después de su actuación estelar en su tercer filme, Doña Bárbara (1943), basada en la novela del mismo nombre del escritor y ex presidente venezolano Rómulo Gallegos, comenzó a adquirir una fama mayor.

María llevó el personaje con una fuerza impresionante al grado de que a partir de entonces fue llamada respetuosamente "La Doña".

Uno de los filmes de los que María se sentía más orgullosa fue French Can Can (1954) dirigido por Jean Renoir, filmado en Francia, y con el que se dio a conocer más ampliamente en los países europeos, donde fue conocida como La Mexicana.

Su última película fue La Generala (1970) y luego se retiró de la pantalla, aunque se mantuvo como una figura pública. En ese mismo año participó en la telenovela La Constitución.

María Félix siempre sintió pasión por las joyas, como el collar de rubíes que le dio Lara, el de esmeraldas que le regaló Negrete y que no pudo pagar a causa de su muerte, y su colección enorme de serpientes victorianas incrustadas de turquesas y de diamantes.

También figuran los brillantes de Harry Winston, la serpiente rusa que adquirió en Nueva York y su enorme colección de joyas de Cartier, muchas de ellas diseñadas especialmente para La Doña, entre ellas la serpiente, los saurios y un cinturón con centenarios.

Asimismo destacan las joyas antiguas siglo XVIII y XIX que son cadenas elaboradas, de donde cuelga un medallón, María y Antoine quitaron la figura central de los medallones y él le pintó la cara de La Doña, la cara de él, el ojo de ella y el ojo de él.

O como en el caso de la cigarrera de oro hecha por Cartier, donde están los dos ojos de él. María les llama "Sus Joyas de Amor".

Se cuenta que el Rey Faruk, de Egipto, le ofreció la corona de Nefertari, a condición de pasar una noche con él, pero María no aceptó.

María acostumbraba usar 3 pulseras de oro de 18 kilates, con sus nombres en brillantes.

No sólo Lara le compuso María Bonita, sino también José Alfredo Jménez, quien le dedicó Ella; Cuco Sánchez, Oiga Doña, y la hoy occisa contaba que en Francia, un joven de 20 años escribió la letra de Je l?aime a mourir.

Juan Gabriel, quien admiró su belleza, también le dedicó una canción. Los temas en su honor han sido cantados por intérpretes de varias generaciones, incluyendo a ella misma.

María grabó un disco con canciones de Lara y otro titulado "Enamorada", en el cual canta en español e incluye también tres canciones en francés.

También fue muy amante de las corridas de toros y cuando vivió al lado de Lara siempre asistía a la plaza de toros México, de esta capital, para presenciar ese espectáculo en su barrera de sombra.

Varias revistas de México y el extranjero, como Life en Español, Paris Match, Ciné Revue y Hola, entre otras, le dedicaron varias de sus portadas.

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Hablan empleados ?Doña?

Margarita Martínez, empleada de confianza de María Félix, se ha convertido en una de las más fieles guardianes de La Casa de las Tortugas, ubicada en una de las zonas más exclusivas de Cuernavaca, Morelos.

Bastaron tres años de estar a las órdenes de "La Doña" para ganarse su confianza, hasta después de morir. "Tenía dos años trabajando aquí, como portera (de la exclusiva privada donde tan sólo viven tres familias) y un día me dijeron que la señora quería que cuidara su casa, cuando ella no estuviera. Me emocioné y claro que acepté".

Entonces (1999) -recuerda- "me pagaba mil 500 pesos al mes, me daba mi buen aguinaldo y además de mi sueldo me daba un poco más de dinero para comer".

Esta mujer que no quiso dar su nombre -y que decidimos llamar Margarita Martínez- por temor a que el albacea de los bienes, Javier Mondragón o el heredero mayoritario, Luis Martínez, la despidieran, platicó algunos datos reveladores de la vida de María.

"Siempre llegaba en su automóvil (Lincoln color plata, regalo de Emilio Azcárraga Milmo), acompañada por Javier o por Luis.

Generalmente vestía pantalón negro y suéteres con cuello alto.

"Llegaba y lo primero que me preguntaba era: ¨Cómo está mi casa?? y eso sí, revisaba absolutamente todo, para que estuviera en orden. La verdad es que era una mujer linda, aunque muchos piensen lo contrario".

Caminaba por el jardín. Se recostaba en un sillón y escuchaba música. Por lo regular era clásica o de Agustín Lara; Ah cómo escuchaba los discos del señor! Tomaba té y se ponía muy pensativa. Venía como a descansar a olvidarse o tal vez a recordar sus cosas".

En esa casa vivía un matrimonio que se encargaba del aseo, un jardinero y otra muchacha que les ayudaba; cuando se murió los despidieron, ahora mi sobrino y yo nos encargamos de mantenerla limpia y bonita, como le gustaba a ella.

Las amistades que María consideró extrañables. Una de ellas fue Aline Sonyc Casinni, su vecina de enfrente. "De hecho a la señora le gustaba mucho comer en su casa".

Asimismo, el señor Pariente, dueño del restaurante del mismo nombre, era una persona muy querida por "La Doña". "Muchos de sus cumpleaños los festejaban en su lugar", el cual se encuentra a unos cuantos metros a la redonda de "La Casa de las Tortugas".

De hecho, comentó que Ernesto Alonso casi no la visitaba en esa casa; "o por lo menos yo nunca lo vi, en cambio quien si vino varias veces fue su sobrino Kuno Becker".

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