HOUSTON, EU, (Reuters).- Una gran “zona muerta” de agua, tan desprovista de oxígeno que la vida marina no puede vivir en ella, se expande a través de 15,020 kilómetros cuadrados en el Golfo de México este verano boreal, un acontecimiento ya usual cada año producto de la contaminación.
La extensa área de agua inhabitable puede que contribuya indirectamente a un inusual serie de ataques de tiburones a lo largo de la costa de Texas, dijeron los expertos.
Una científica del Consorcio Marino de Universidades de Louisiana dijo esta semana que los registros mostraron que la zona muerta se extiende desde la desembocadura del río Mississippi, en el sur de Louisiana, a unos 400 kilómetros al oeste del límite de Texas.
La especialista añadió que la zona muerta se encontraba más cerca de la costa debido a los vientos y las corrientes.
“Los peces y los cangrejos escapan (de la zona muerta)”, dijo Nancy Rabalais, jefa de científicos del consorcio de investiga la hipoxia, o bajo oxígeno. “Todo lo demás, muere”, agregó.
En los últimos 30 años, la zona muerta se ha convertido en un fenómeno que ocurre todos los veranos, alimentada por la creciente utilización de fertilizantes a base de nitratos que usan los granjeros en la cuenca del Mississippi, dijo Rabalais.
Los nitratos, arrastrados por el río a las cálidas aguas del golfo en el verano, alimentan la floración de algas que consumen el oxígeno y vuelven el agua inhabitable.
El tamaño de la zona muerta ha variado cada año dependiendo de las condiciones del tiempo, pero el promedio es de unos 12,950 kilómetros cuadrados y permanece en el lugar hasta fines de septiembre o principios de octubre.