EL PAÍS / AGENCIAS
PUERTO PRÍNCIPE, HAITÍ.- Las hordas que saquean y decapitan en el norte de Haití pertenecieron al que fuera el progubernamental Ejército Caníbal, ahora en la oposición y renombrado Frente de Resistencia Anti Aristide porque creen que el presidente, Jean Bertrand Aristide, ordenó el asesinato de su jefe.
El arsenal de “Los caníbales” fue proporcionado en su día por el oficialismo, pero a partir del 22 de septiembre, fecha del asesinato de su cabecilla, Amiot Metanyer, lo emplean contra el Gobierno en una suerte de brazo armado de la coalición de partidos y grupos movilizada, desde hace meses, contra el ex cura salesiano en la presidencia.
La república de esclavos africanos, que proclamó su independencia sobre las picas rendidas del Ejército napoleónico, consiguió la emancipación pero ha sido incapaz de forjar una convivencia pacífica y próspera. “Asistimos a la lucha de la burguesía contra el pueblo”, dijo Dany Fabien, jefe de Gabinete del ministro de Interior.
Una insurrección popular armada que el Gobierno calificó de intento de golpe de estado se extendió a casi una docena de pueblos del norte y oeste de Haití ayer, amenazando con derrocar al presidente Jean Bertrand Aristide. Por lo menos 41 personas murieron.
Tras una serie de tiroteos, la policía recuperó el control de Saint Marc, 70 kilómetros al oeste de la capital del país, Puerto Príncipe. Por lo menos dos hombres fueron heridos y otro presuntamente muerto a tiros por partidarios de Aristide. Su cadáver quedó a la vera de un camino.
El primer ministro Yivon Neptune fue el primer funcionario importante del Gobierno en llegar a la zona afectada, al visitar Saint Marc y los restos de la comisaría incendiada. Neptune exhortó a los habitantes y rebeldes a restaurar la calma.
Algunos habitantes escaparon del pueblo de Grand Goave cargando unas pocas pertenencias sobre la cabeza ayer por la mañana, un día después que los rebeldes expulsaron a la policía y quemaron la comisaría.
La policía luchaba por recuperar el control del importante puerto de Saint Marc, en esporádicos enfrentamientos armados con los rebeldes. El domingo, centenares de residentes, aprovechando el caos, participaron en saqueos, robando televisores, colchones y sacos de harina de los contenedores del puerto.
Los insurgentes también incendiaron estaciones de policía en los pueblos norteños de Saint Raphael y Dondon, informaron las estaciones radiales.
Haití ha estado en crisis desde 2000, cuando Aristide ganó unas elecciones legislativas cuya imparcialidad la oposición y la comunidad internacional pusieron en duda. Al no llegarse a un acuerdo con Aristide, se bloquearon millones de dólares de ayuda extranjera.