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Avril Lavigne sabe lo que quiere

Avril Lavigne se aferra a los sueños de su infancia para mantener el éxito, imponiendo su voluntad.

El País

MADRID, ESPAÑA.- La Anti-Britney, La Chica Guerrera del pop que dispara trallazos de guitarra. Uñas negras, ojos emborronados de negro. Colegiala punk. Con 19 años, Avril Lavigne apunta muy alto y tiene legiones de fans que la siguen. Ataca con su segundo disco.

Avril Lavigne forzó de niña su destino. De pie en la cama cantaba frente a una audiencia que imaginaba en miles de fans. Recogía premios ficticios con estudiados discursos de agradecimiento y ensayaba entrevistas virtuales con los diferentes medios de comunicación.

Era un juego infantil que no tardó en aportar frutos. Con 16 años dejó su natal Napanee, un pueblo canadiense de cinco mil habitantes, para hacer unas pruebas de voz en Nueva York.

A los 17 grabó su primer disco, Let Go, del que se han vendido 14 millones de copias, ahora, dos años más tarde, se prepara para reconquistar el mundo con su segundo disco, Under my Skin.

"Desde pequeñita quería ser cantante y deseaba actuar frente a miles de personas. Mis deseos se han cumplido. Es alucinante porque ¿cuántas probabilidades tenía de que realmente sucediera?", pregunta durante una entrevista en Londres.

Sin poses

En la era de Operación Triunfo y otros programas que buscan entre los alumnos de una academia a estrellas juveniles, muchos adolescentes sueñan con un futuro entre las estrellas del pop.

Lavigne lo ha conseguido con algún golpe de suerte, pero, principalmente, gracias a su férrea determinación, talento artístico y rebeldía de espíritu.

"Yo tengo una personalidad muy fuerte. Sé lo que quiero y me aseguro de conseguirlo. Mi pasión es la música y a ella me entrego por completo. No es una pose. Lo digo en serio. La música es mi mundo, mi vida, mi carrera", asegura.

Y continúa sin perder el hilo: "Tengo una visión de lo que quiero conseguir, cómo lo quiero hacer y cómo deseo proyectarme".

Sobre ambos “cómos” se asientan las coordenadas de la última voz femenina surgida de la tierra de Joni Mitchell, Alanis Morissette y Shania Twain. El bautizo artístico de Lavigne, con Let Go, se festejó como un rayo de autocreatividad dentro del monótono pop manufacturado juvenil.

En las entrevistas de promoción, ella misma presumía de haber compuesto la mayoría de sus canciones, incluidos los súper éxitos Complicated y I’m With You.

Y relegaba a simples detalles la ayuda de los colaboradores citados en los créditos del disco.

Por otro lado, la imagen callejera de la cantante, aficionada a la patineta, las prendas de combate y los decorados negros, la identificaron como la nueva encarnación punk.

Los medios colocaron a Avril las etiquetas de Anti-Britney y Chica Guerrera.

Le dan en la “Matrix”

El éxito de Avril Lavigne también va acompañado de la polémica. Los productores principales de Let Go “aguaron” pronto la fiesta. Con el disco escalando puestos en las listas mundiales, el equipo Matrix se adjudicó la autoría de los tres súper éxitos.

"Nosotros concebimos las ideas de esos tres temas en el piano y la guitarra. Cuando Avril venía al estudio, cantaba alguna melodía y cambiaba una palabra aquí o allá. En Complicated, por ejemplo, quiso sustituir en la letra "prendas estúpidas" por "prendas bonitas", explicó uno de los productores, Lauren Christy, a la prensa estadounidense.

Lavigne no quiere hablar de este enfrentamiento público de egos. Ya dijo en su día que los temas compuestos por Matrix son los favoritos del público, pero no los suyos. "Las canciones de Under my Skin son menos pop", remarca. "El disco tiene resonancias más rockeras, está más al filo. Es más maduro, tanto en las letras como en el sonido. Las letras del anterior son divertidas y juveniles; éstas son más serias y de mayor profundidad".

"No he tenido que pelearme con nadie para imponer mi criterio", advierte molesta. "Tuve total libertad para avanzar hacia donde yo quería, para trabajar con quienquiera que yo eligiese. Y eso es lo que hice en Under my Skin".

El trío Matrix se topó esta vez con la puerta cerrada. Lavigne recurrió a una compatriota canadiense, la cantautora Chantal Kreviazuk, con quien escribió seis de los 12 cortes del disco. Compuso otro par de temas con Ben Moody, instrumentista de Evanescence y uno con el guitarrista de su banda, Evan Taubenfeld. La producción del disco se reparte entre Raine Maida, marido de Kreviazuk; Butch Walker, de Marvelous 3 y Don Gilmore, el genio del sonido que influyó en el éxito de Linkin Park y Pearl Jam.

Se desahoga

"En mis canciones expreso mis emociones, tanto de dolor y pérdida como de tristeza y confusión. Implican un proceso de curación, de haber superado distintas experiencias. Mientras componía el disco, perdí a mi abuelo y me distancié de otra persona que sentía muy cercana, pero que ya no forma parte de mi vida. Personalmente me sucedieron cosas de las que no voy a hablar en público, pero escribí sobre ellas y me las saqué de mis entrañas. Componer para mí es como una terapia. Es como si tomara el teléfono y me desahogara hablando con un amigo. En mi caso me desahogo en una hoja de papel".

“No soy punk”

Avril cultiva una imagen punk con pinceladas góticas, a veces usa calcetines con imágenes de calaveras, ropa negra y zapatos de agujetas en blanco y negro.

-Pero punk es la palabra que Lavigne no desea escuchar. Endereza el cuerpo sobre el sofá. Mira con expresión de pánico a su alrededor y exclama: "Punk es un tema sumamente delicado. Extremadamente delicado. Yo no soy punk. Nunca me he sentido punk, ni me he reivindicado como artista punk". Y añade con genio: "No entiendo por qué todo el mundo tiene que etiquetarme de punk. Supongo que será por mi estilo. Pero yo me visto a mi manera. Me gusta mi forma de vestir y también le gusta a muchísima gente".

-Lavigne se ha erigido como modelo de las adolescentes que buscan una alternativa a las Spears, Aguileras o Beyoncés del momento. No explota su atractivo sexual con escotes pronunciados y vestidos llamativos, sino con un curioso contraste entre el aura inocentón de colegiala pilla y la gran autoestima que proyecta.

-"A la gente le gusto porque soy diferente y mi música es diferente. Las más jovencitas, sobre todo, se quedaron impresionadas cuando aparecí en escena. Se decían entre ellas: ‘Mira, parece que acaba de salir del colegio y actúa en consecuencia’".

-A las adolescentes se dirigen muchas canciones de Under my Skin. Entre ellas, Don’t Tell Me, en la que se presenta como una chica súper segura de sí misma que mantiene a raya a un ligue persistente: "Creíste que yo iba a entregarme a ti, creíste que era algo que yo iba a hacer. No intentes decirme qué hacer, no intentes decirme qué decir…", canta en el estribillo.

-Don’t Tell Me "trata de la necesidad de respetarse a uno mismo y no entregarse así como así. Yo no creo que deba entregarme a toneladas de chicos. Me respeto a mí misma y a mi cuerpo, y me siento fuerte y segura. Forma parte de mi educación, de la manera en que mi madre me ha criado. Y éste es el mensaje que transmito: mantente fuerte si tu novio te presiona hacia algo en lo que tú no crees".

FUENTE: EL PAÍS

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