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Bagdad y la corresponsal indiscreta indiscreta

Jorge Zepeda Patterson

La democracia es algo bueno, pero si no va acompañada de la información necesaria se vuelve tan fútil como un auto sin llave o un matrimonio sin sexo. Casi la mitad de los estadounidenses está convencida de que Saddam Hussein es responsable de la tragedia del 11 de septiembre contra las torres de Nueva York. Es increíble que una falsedad tan obvia se haya instalado en el disco duro de la opinión pública, considerando que no hay sociedad en el mundo tan sometida al bombardeo de información como la norteamericana. Aunque Donald Rumsfeld, secretario de Defensa, ya ha aceptado a su pesar que no hay relación entre Hussein y el 11 de septiembre, no obstante, el diario USA Today publicó el martes pasado una encuesta reveladora: 42 por ciento considera que el dictador iraquí estuvo personalmente involucrado en los ataques (32 por ciento incluso, que los planeó él personalmente).

¿Cómo explicar tamaña desinformación en un asunto tan grave? Todas las baterías apuntan a los medios de comunicación y la pobre cobertura que están haciendo sobre el conflicto en Irak. En estos días estalló un escándalo que lo muestra de manera por demás palpable.

Farnaz Fassihi es corresponsal del prestigiado diario Wall Street Journal. Nació y estudió en Estados Unidos, hija de iraníes. Por su conocimiento y apariencia fue asignada a cubrir la capital iraquí durante la guerra. Durante meses ha informado sobre la situación en Bagdad, pero lo ha hecho a tono con la línea editorial del conservador periódico. El escándalo surgió porque Farnaz Fassihi se permitió escribir algunos largos correos personales, dirigidos a sus amigos, en los cuales se relata de manera realista y descarnada la situación que viven los habitantes de Irak y el desastroso estado del país. Es una descripción tan alarmante, que sus amigos comenzaron a circularlo en la Web. Muy pronto muchos estaban preguntándose por qué esta visión de Bagdad no se estaba publicando en las páginas del periódico. El diario decidió darle vacaciones a la corresponsal indiscreta.

A continuación algunos párrafos de su correo electrónico. “Ser corresponsal en Bagdad hoy en día es como vivir en una casa de detención. Nada qué ver con las razones que me llevaron a tomar este trabajo: la oportunidad de ver el mundo, explorar lo exótico, conocer gente de tierras lejanas, contar historias que hagan una diferencia. Poco a poco, estar asignada a Bagdad ha derrotado todas esas razones. Estoy arrestada en casa. Sólo salgo cuando hay un motivo impostergable o alguna entrevista programada. Evito las casas de la gente y nunca camino en la calle. No puedo ir a comprar la despensa, comer en un restaurante, tener una conversación con un extraño, quedarme atascada en el tráfico, hablar inglés o decir que soy norteamericana; no puedo ser curiosa sobre lo que la gente habla, hace y siente. No puedo y no puedo. He tenido tantos avisos, incluido el estallido de un coche bomba tan cercano que voló todos los vidrios de las ventanas. Así que mi principal preocupación no es hacer reportajes conmovedores sino mantenerme viva yo misma y los iraquíes que hemos contratado. En Bagdad soy, primero que nada, mi propia agente de seguridad y sólo en segundo término una periodista…

…A pesar de los comentarios optimistas de Bush, Irak es un desastre… El Gobierno no controla la mayoría de las ciudades. Todos los días estallan coches bomba que liquidan puñados de inocentes, los caminos son intransitables por las innumerables minas sembradas; proliferan los asesinatos, secuestros y decapitaciones. Hay una guerra de guerrillas salvaje. En cuatro días 110 personas murieron y otras 300 quedaron heridas simplemente en Bagdad… Los insurgentes atacan a los norteamericanos 87 veces por día…

…La mayor parte de los proyectos de reconstrucción están detenidos… Los iraquíes dicen que gracias a América obtuvieron libertad a cambio de inseguridad. Pero también dicen que preferirían perder la libertad y ganar seguridad. Escuché decir a un iraquí educado que si Hussein se presentase a las elecciones seguramente obtendría la mayoría de los votos. Triste…

…Uno podría decir que Irak está más allá de la salvación. Para los que estamos aquí resulta difícil creer que algo pueda parar la espiral de violencia. El genio del terrorismo y el caos fue destapado por los errores de Estados Unidos y no es posible regresarlo a la botella…”.

Hasta aquí la cita, resumida. Nada de esto apareció en las páginas del diario. Los lectores del Wall Street Journal siguen pensando que la reconstrucción es difícil pero que la democracia se está instalando en Irak. No es de sorprender que Bush esté en camino de reelegirse.

Uno tendría que preguntarse la validez de fondo de un proceso democrático en el que el voto de la mayoría está basado en una visión tan distorsionada si no es que falsa de la realidad. Bush ganará porque muchos norteamericanos creen que Hussein es responsable de la destrucción de las torres y porque están convencidos de que en Irak están instalando la democracia.

Pero en su propio país la democracia está pasando por mal momento. Un Gobierno elegido por las mayorías es una gran cosa, pero ¿qué pasa cuando estas mayorías están definiendo su voto por una imagen manipulada y falsa de la realidad?

(jzedpeda52@aol.com)

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