Esta semana tenemos dos ejemplos muy claros que indican cuál es el camino correcto y cual es el equivocado para el desarrollo de México.
Como camino correcto se puede presentar el caso de Motorola. Acaba de anunciar que de Taiwán traslada a Nogales, Sonora, su línea de ensamblaje de decodificadores de señal, con una inversión de 75 millones de dólares. En esta nueva planta dará empleo a 1000 trabajadores.
El cambio lo hace debido a los estándares de calidad y la economía de la mano de obra mexicana.
“La experiencia del trabajador mexicano en plantas de ensamblaje representa un ahorro de costos en la capacitación. Y en el caso de Nogales se trata de personas sumamente trabajadoras y responsables, recursos humanos capacitados muy concientes de la productividad para ser competitivos”.
En este momento la planta que Motorola tiene en Nogales ya está produciendo equipos de recepción por cable y sistemas electrónicos integrados. Así para la compañía, Nogales es una de sus regiones claves.
Según Motorola, otra ventaja que posee México frente a países como Taiwán, es su cercanía con Estados Unidos y el funcionamiento adecuado de los corredores industriales del norte del país.
Como camino equivocado se puede presentar el caso de Delphi, una fábrica de partes automotrices.
Delphi anuncia el cierre de su planta en Chihuahua debido a los altos costos laborales y a la falta de competitividad. Despide a 450 trabajadores en febrero y el cierre de la planta será en junio. Tomar la decisión en este momento se debió a la postura del sindicato que exigió se otorgara un bono de productividad que para la empresa es incosteable, debido a su situación actual.
La situación de Delphi es muy débil, y está operando con números rojos. Una vez más se pierde lo más por lo menos. Como sucedió antes en la industria llantera, los líderes prefieren que miles de trabajadores se queden sin trabajo, porque supuestamente defienden “hasta el final” los “derechos” de los obreros. Su intransigencia provoca el cierre de las fábricas y la desaparición de ramas industriales, en vez de llegar a arreglos que permitan sortear las crisis, y asegurar las fuentes de empleo.
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Banobras está aprovechando el “Fideicomiso de Infraestructura” (FINFRA) que fue fundado desde 1996 para apoyar este año el agresivo programa carretero que está implementando la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.
Debido a la aportación gubernamental y a la presencia de la Iniciativa Privada se están multiplicando los fondos para el sector. Esto se debe a que con el fideicomiso se disminuye el riesgo y el tiempo de recuperación.
Con el FINFRA se ha logrado motivar la participación de la iniciativa privada a través de la aportación del 49% al fondo.
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En este momento ya hay disponibles para Banobras 13 millones de pesos.
Los proyectos para el futuro inmediato no son únicamente las carreteras. Banobras también tiene proyectos para el tratamiento de aguas y de residuos sólidos (basura), rubros en los que México tiene un gran rezago.
Para el tratamiento de aguas Banobras ha promocionado 19 proyectos de los que seis están en operación.
Para el manejo de residuos, además de la necesidad de recursos, es indispensable vencer las resistencias que hay en muchos municipios. Más allá de lo financiero hay un problema político: el control corporativo sindical que hay en el manejo de basura en todo el país, que se maneja como negocio personal de los líderes y caciques.
El fondo del FINFRA también estaría disponible para proyectos de energía eléctrica, pero dada la controversia que se dio en la cámara y la negativa de los legisladores para aceptar la participación de la Iniciativa Privada en la producción de electricidad, la posibilidad de utilizar fondos del fideicomiso está por el momento cancelada.
