EL SIGLO DE TORREÓN
Muere Norma Leticia Molina poco antes de dar a luz a un pequeño
TORREÓN, COAH.- La mañana del ocho de noviembre de 2004, Víctor Manuel González Garay dejó a su esposa Norma Leticia Molina Contreras como todos los días: en buen estado de salud. Luego de despedirse para ir a trabajar, Víctor jamás imaginó lo que sucedería.
Norma llevaba su embarazo con toda normalidad. Ese día, en la casa de sus suegros donde residía desde hace siete años cuando se casó con Víctor, efectúo diversas actividades del hogar con toda normalidad. Una tragedia no parecía predecible.
Norma subía y bajaba como cualquier persona, las escaleras de la casa, que la llevaban de un nivel a otro. Cargó botes sin muchas complicaciones. Los ocho meses y días de embarazo, no le impedían ?hacer el quehacer? de la casa.
Todo transcurrió con normalidad. Sin embargo, alrededor de las 15:00 horas, Norma comenzó a convulsionarse. Nadie sabe hasta hoy los verdaderos motivos de los ataques. De inmediato, sus familiares llamaron a la Cruz Roja al ver que la joven de 24 años de edad, perdía el sentido.
La tardanza de la ambulancia fue ?eterna?. Los diez minutos aproximadamente que llevaba de ?retraso?, desesperaron la paciencia de los familiares de Norma. De pronto, decidieron trasladarla hasta las instalaciones de la benemérita institución.
En el traslado, se encontraron con la ambulancia y subieron a la joven a la unidad de la Cruz Roja. Los socorristas intentaron reanimarla colocándole oxígeno, pero al parecer la joven ya iba sin vida. Fernando González Sánchez, el suegro de Norma relata lo sucedido.
?La llevaron en mi carro, uno de mis hijos, una de mis nueras y mi señora. Esos minutos en que no llegaba la ambulancia se nos hicieron eternidad, nos desesperamos y notros mismos tuvimos que llevarla?.
De inmediato, el producto fue extraído del vientre de Norma y en la actualidad se encuentra bajo supervisión médica en la clínica 16 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS); su estado de salud es delicado. A finales de noviembre o principios de diciembre debía dar a luz Norma.
Sin embargo, falleció, pero su hijo lucha por la vida. Norma no dejó solo a su esposo, junto a él quedan dos varones de ocho y siete años de edad, ellos son Luis Alberto y Enrique Eduardo González Molina.
Víctor trabaja de cargador en el Mercado de Abastos. A las siete de la mañana del ocho de noviembre salió a sus labores como cualquier día. A las cinco de la tarde, hora en que regularmente sale de su ?chamba? empezó la tragedia sin que se diera cuenta.
Sus familiares le avisaron. Hoy, él está destrozado. Víctor decidió que el cuerpo de su esposa fuera velado en su casa, la marcada con el número 64 en la calle Elvira Vargas de la colonia José R. Mijares. En el transcurso de este día la enterrarán.
La salvación del bebé no es una seguridad. El doctor comunicó a la familia sobre las posibilidades que existen de que el niño presente algunas secuelas por la falta de oxígeno. La hermana del papá de Víctor considera que sí hubo negligencia médica.
En el parte informativo que realizó la Policía Ministerial se consideró como causa de la muerte de Norma la preclancia, sin embargo a algunos familiares no convence la explicación, mientras que la decisión de efectuar o no acción penal en contra del doctor que atendía a Norma, recaerá en su cónyuge.
