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Bendicen sus mascotas

Celebran a San Antonio Abad, protector de animalitos y plantas

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MÉXICO, DF.- Una de las tradiciones más arraigadas en la Iglesia Católica es la bendición de los animales y plantas, ceremonia que se lleva a cabo cada 17 de enero, Día de San Antonio Abad, conocido como el protector de los animales domésticos.

Esta celebración fue impulsada desde la época colonial, por los frailes franciscanos, pero se ha ido perdiendo en las grandes ciudades, donde cada vez hay menos animales, señaló el responsable de la Religiosidad Popular en la Basílica de Guadalupe, Juan Ortiz Magos.

Para recibir la bendición, los animales son adornados con listones, flores o con alguna indumentaria especial y son llevados por sus dueños a diversas parroquias, afirmó.

El cura dijo que, por la dificultad de transportar a los animales para que sean bendecidos, algunas veces las personas prefieren solicitar agua bendita y rociarla en su casa, ?situación que también es válida?.

El 17 de enero sirve para recordar el equilibrio que debe existir entre el hombre y la naturaleza. A la Basílica no sólo traen animales, los campesinos traen sus semillas a bendecir, añadió.

Ortiz Magos recordó que San Antonio Abad murió el 17 de enero del año 356 a los 105 años y como fundador de conventos, adquirió el título de abad, que significa padre; así, sus restos en el año 361 fueron llevados a Alejandría y a Constantinopla.

Los restos de San Antonio Abad fueron llevados en aquella época a Francia, donde se hacían ya peregrinaciones en su honor, sobre todo gente del campo, que iba a pedirle buenas cosechas, que lloviera y que los animales no murieran por las pestes, por lo que de ahí poco a poco fue adquiriendo el título de protector de los animales.

Cuando llegaron los frailes franciscanos a México traían la imagen de San Antonio, y precisamente cuando en este país, la gente se dedicaba a las labores del campo, qué mejor, ?que un santo bendiga a sus animalitos?, expresó.

San Antonio Abad nació en Kome, a orillas del río Nilo, desde niño recibió una formación cristiana y a los 20 años quedó huérfano de padre y madre.

Según los biógrafos de San Antonio, luego de un período difícil, después de los 20 años ayudó a cientos o quizás miles de ermitaños, que habían seguido su ejemplo y que habían poblado el desierto.

En la imagen que conocemos de San Antonio Abad se le representa alegre, vestido de monje con un cerdo, un perro y un gallo, en un ambiente de campo.

Ortiz Magos recordó una anécdota, de una peregrinación en La Villa de Guadalupe; un 17 de enero llevaban animales de un circo y, aunque intentaron meter a un elefante, no entró, ?porque no cupo, pero no porque no estuviera permitido?.

Ortiz Magos rememoró que antes, algunas personas acostumbraban el Día de San Antonio Abad, al matar un cerdo y compartirlo con los pobres.

El sacristán mayor de la Catedral Metropolitana, José de Jesús Aguilar Valdés, dijo por su parte que los fieles acostumbran bendecir su medio de transporte y su medio de sustento, en este caso antes el transporte era el caballo, por lo que ahora se bendice el auto, y el sustento es la comida proporcionada por algunos animales.

?El hecho de bendecirlos es tomar conciencia de que son una compañía, una obra de Dios y que no se debe ser cruel con los animales, sino hay que ser responsables con ellos?.

Hasta en la ciencia aparece la fe, dice José Manuel Berruecos, de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, ?todo veterinario que se precie de serlo debe saber que contra las epidemias ayudan los santos Antonio Abad, Cosme y Damián, Eligio, Remigio y Sebastián.

También en España

Perros, gatos, canarios, peces y hasta mascotas más sofisticadas como reptiles o caballos fueron llevadas ayer a la tradicional iglesia dedicada al santo de los animales en la capital española, San Antonio Abad.

San Antón el Hormiguero, como llaman los madrileños a San Antonio Abad, está representado con un cochino, un perro y un gallo, y se le atribuye ser el santo patrón de los animales domésticos.

Los párrocos de la iglesia, ubicada en lo más céntrico de esta capital, reciben a los lugareños del barrio que hacen filas y filas para que sus mascotas, adornadas con sus mejores galas, obtengan, como cada año, la bendición.

Esta fiesta religiosa, llevada a América Latina por los franciscanos, se celebra cada año con modalidades diferentes adoptadas en diferentes poblados de España y Francia.

Los españoles le llaman San Antón el Hormiguero porque en su fiesta se acostumbra comer un platillo popular denominado ?hormigos? o ?gachas?.

Éste se prepara a base de harina de trigo y aceite, frito o cocido con las sobras de la matanza, todo ello en la sartén más grande que hay en cada hogar.

En honor del santo, en poblados pequeños se acostumbra soltar cada 17 de enero a un pequeño cerdo a vagar por las calles, al anochecer, el vecino que lo encuentra está obligado a darle de comer y albergarlo para soltarlo a la mañana siguiente.

Esta práctica se hace durante un año hasta la siguiente fiesta de San Antón, en que es sacrificado el cerdo y el producto de su venta se destina a ceras y vestuarios de la imagen del santo.

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