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M.V.Z. FERNANDO CRUZ CASTILLO

Parasitosis del aparato respiratorio en el ganado caprino

En reiteradas ocasiones al escuchar que una cabra tiene parásitos, es muy común que lo relacionemos con el aparato digestivo, olvidándonos de los parásitos del aparato respiratorio o la verminosis pulmonar, la cual puede ser un factor predisponente para la presentación de un cuadro respiratorio que involucre a otos agentes etiológicos.

Uno de los problemas que se presenta con más frecuencia y con mayor importancia clínica en los pulmones, es la dictiocaulosis, la cual forma parte de las helmintiasis respiratorias que comprenden a los nematodos que se encuentran parasitando las vías respiratorias bajas de las cabras. Los parásitos involucrados son el Dictyocaulus filaria, Muellerius capillaris y Protostrongylus rufescens. Los géneros Dictyocaulus y Protostrongylus se encuentran en la luz bronquiolar, bronquial y hasta traqueal, el otro nematodo (Muellerius) tiene como localización el parénquima pulmonar donde forma nódulos subpleurales.

La nematodiasis pulmonar debida a D. filaria es una parasitosis casi exclusiva de los pequeños rumiantes (Cabras y ovejas). Por otro lado, se ha visto que los estados de desnutrición favorecen mayores cargas parasitarias. Cuando se da el pastoreo mixto entre caprinos y ovinos, estos últimos representan un riesgo para la transmisión hacia los caprinos.

El efecto patógeno en la infestación por D. filaria de tipo irritativo, traumático y obstructivo, es ocasionado, inicialmente, por la presencia y acción irritativa de las larvas que llegan y se establecen en el tejido pulmonar y de los parásitos adultos (que llegan a medir hasta diez cm de largo) y después contribuyen sus productos de excreción, los huevos depositados y la excesiva producción de moco. Con cierta frecuencia se favorece una infección bacteriana que complica el estado de salud del animal.

El signo más característico de la infestación por D. filaria es la presencia de tos seca o húmeda, que es más evidente al amanecer y anochecer o cuando al animal se le obliga a correr. Los animales afectados presentan disnea, descarga nasal cristalina y hay retraso en la ganancia de peso. Cuando ocurre la infección bacteriana secundaria, hay fiebre y descarga nasal mucopurulenta, pudiendo sobrevenir la muerte.

Las lesiones más significativas se observan en la tráquea, bronquios y bronquiolos, con una inflamación, desde catarral hasta purulenta. Los pulmones presentan enfisema especialmente en los lóbulos diafragmáticos.

El diagnóstico se basa en la observación de los signos clínicos, cuando éstos ocurren prácticamente en todos los animales jóvenes del rebaño. La confirmación del problema necesariamente conlleva al diagnóstico de laboratorio a partir de muestras de heces, donde, a través de la técnica de migración larvaria o de Baermann, se detecta la presencia de L-1.

Para el tratamiento de la dictiocaulosis se ha empleado con éxito la ivermectina, moxidectina y doramectina, así como el levamisol (el más eficaz y barato, con la recomendación de usarlo por vía subcutánea), netobimín, albendazol, febantel, fenbendazol.

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