El Siglo de Torreón
Torreón, Coah.- Puñaladas por la espalda, lloriqueos, intolerancia... los 22 días que Johnny Lozada permaneció en la casa de Big Brother VIP 3, fueron más intensos de lo que imaginó. Él, que jamás llora, se convirtió en una “Magdalena” en algunas ocasiones a causa de la presión que se vive adentro y por la ausencia de su familia.
Generalmente eres muy llorón?
“No, no lloro en lo absoluto -dijo de inmediato- eso es lo que más le ha chocado a mi mujer de mi estancia en la casa. No suelo llorar, al contrario, soy una persona bastante fuerte pero adentro juegan mucho con tus sentimientos. Hay momentos en los que no aguantas más y explotas”, dijo el ex Menudo después de 16 horas de haber abandonado las instalaciones de “la casa más famosa de México”.
Cuando fue nominado por primera vez junto con Roxana Martínez, “La Tetanic”, Johnny estuvo inconsolable, cosa que no sucedió el pasado miércoles cuando la “Big Vero” le anunció que otra vez era de los nominados pero ahora junto con Manola, Mercedes y José Manuel.
¿Qué puede hacerte llorar estando fuera, en la realidad?
“Alguien que me saque de mis cabales, si me hace llorar, la cosa se pone fea porque lloro mucho de rabia”.
Aunque al principio tuvieron algunos roces, dijo que logró encariñarse con la actriz Mercedes Molto y que inició una bonita amistad con Juan José Ulloa, Reynaldo Rosanno y Eduardo Videgaray.
¿Dentro de la casa se dan puñaladas por la espalda?
“Pues sí, nada más mira mi nominación y te darás cuenta... aún así no tengo resentimiento con alguno de mis compañeros, estábamos jugando y en los juegos todo se vale”.
¿Te hubiera gustado ser el primer lugar?
“¿A quién no? a eso entramos todos pero no se pudo, pero no hay problema porque tengo otras maneras de poderme ganar lana”.
Johnny aseguró haber estado en Big Brother VIP el tiempo justo, incluso señaló que quizá no hubiera podido aguantar más, “aparte hay más gente que a lo mejor necesita más exposición ¿me entiendes? Yo en mi caso estoy muy contento, viví una experiencia muy linda donde aprecié lo que tengo afuera y supe ser más tolerante de lo que pensaba con otras personas, básicamente eso”, concluyó.