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Björk: la diosa pagana

En estudios de cinco países la olandesa ha grabado Medulla, su primer disco desde 2001

El País

Madrid, España.- ?La niña aguarda?. La niña lleva hoy coletita lateral y moño. La niña habla con voz de ratita. La niña espera en el Salón Mata Hari.

-¿Sabes quién era Mata Hari?

Hmmmm. Me suena a una película en blanco y negro, pero no recuerdo?

-Era una bailarina erótica. Erótica y exótica, la Madonna de principios del siglo XX. También ejercía de espía y fue fusilada por los franceses en la Gran Guerra. Aparentemente, seducía a los generales, que le contaban secretos militares en la cama.

(Risa). Una chica moderna debería saber qué les hacía?

-Según un escritor español era experta en sadomasoquismo. En las dos direcciones, ya me entiendes.

Ah?

-Bueno, esto va bien: en menos de un minuto, Björk ha enrojecido y lanza una inquieta mirada de ?¿qué me está contando este tipo??.

-¿Tenías referencias de discos a capella cuando empezaste con Medulla? Por ejemplo, Todd Rundgren y su A capella, de hace 20 años?

Hmmmm. Escuchaba a Todd cuando era joven. A muchos hippies islandeses les gustaban sus discos con Utopia, ya sabes, rock progresivo. No, no pensé en ese álbum. Lo de hacer un disco sin instrumentos fue una inspiración de esas formas folclóricas que usan la voz de formas chocantes: el yodel tirolés, el canto de garganta de Tuva.

-No se nota mucho en Medulla?

En realidad, pensaba más en Meredith Monk, su Dolmen music. Y Desertshore, de Nico, que no es puramente vocal pero tiene mucha fuerza. Lo concibió como banda sonora de una película llamada La cicatrice intérieure, de su novio de entonces, Philippe Garrel. Es algo que quiero ver. También pensé en la música de Philip Glass para Koyaanisqatsi.

-Para los que usamos un inglés apache, es reconfortante escuchar a Björk, que tiene 38 años, hablar in english: acento fortísimo, con unas erres prolongadas.

-¿Cómo fue el proceso de Medulla?

Empecé con las melodías y luego pensé en los arreglos: metí instrumentos, electrónicos y acústicos. Era más experimentar que otra cosa, no funcionaba. Hasta que en enero pensé en eliminar los instrumentos y, ¡zas!, apareció el disco ante mis ojos. Fue mágico: ?¿Dónde andabas? Te estaba buscando desesperadamente?. En febrero, me puse en el rol de arreglista, como si fuera un problema mecánico: ?Veamos cómo hacer que esto marche?. Se me ocurrió que los raperos resolvían el ritmo con la boca y llamé a Rahzel, le oí con The Roots. Mike (Patton, de Faith no More) también entendió el proyecto.

-¿Cómo diriges a tus músicos?

Es algo instintivo. Sé tratar a gente que se va a encerrar conmigo en un estudio durante muchas horas. En una gira, cambiaba de orquesta en cada ciudad y debía explicar a 70 personas lo que quería. Tengo una idea romántica del trabajo en grupo. Es mi herencia anarquista, pero también aprendí mucho de la dinámica de grupos cuando mi padre funcionaba como líder sindical. Por el contrario, la gente del cine me decepcionó. Gané premios por Bailando en la Oscuridad, pero eso no me compensa por la crueldad del rodaje, donde todos se aprovechan de cualquier debilidad ajena y el modo principal de relación es la puñalada en la espalda.

-Está el mito de que la tropa del cine resuelve la tensión acostándose unos con otros.

Tengo mucho respeto por el trabajo y por el sexo, no quiero frivolizar con eso. Y no soy puritana: he tenido relaciones intensas con músicos y otras gentes que colaboraban conmigo.

-Björk cambia de ayudantes cada dos años pero, extraño, los antiguos colaboradores no echan pestes de ella: me usó y me tiró. Tal vez ayude el que no eche raíces profundas: Medulla se elaboró en cinco países y en diez estudios, profesionales o improvisados.

A mi chico (Matthew Barney) le encargaron un proyecto en Salvador de Bahía, tenía que pasar allí un mes, y me apunté: ¡soy la novia del artista! Iba a hacer de turista, eran los carnavales, pero instalé un pequeño estudio en una habitación de la casa, llamé a un ingeniero y me puse a trabajar.

-¿Carnaval en Bahía y tú encerrada?

No, que va. Matthew se ocupaba de decorar la carroza del trío eléctrico de Arto Lindsay. Y allí estaba yo, en el desfile: conocí a Caetano, Carlinhos Brown, Daniela Mercury. De todos modos, más que grabar, lo que hice en Brasil fue editar: tenía horas y horas de grabaciones, Tanya (Tagaq, la vocalista esquimal) estuvo conmigo toda una semana. Así que la tarea era cortar y pegar. Medulla ha sido un disco muy espontáneo.

-Se ha dicho que la consigna era: ?Nada de reverberación?.

A la hora de mezclar, el ingeniero alucinó: ?¿Qué se supone que debo hacer con esto??. Claro, eran pistas y pistas de voces, ritmos de boca, coros. La mezcla de un disco normal comienza situando el bajo y la batería o sus equivalentes digitales, lo que no había allí. Así que busqué un disco que solía escuchar mi abuela, Misa Criolla, de un argentino (Ariel Hernández), y se lo llevé. Le expliqué que había que colocar los diferentes planos como si fuera una grabación de música tribal. ¡La tribu de los björks! Le tuve que prohibir que abusara de la reverberación: no quería que todos los detalles desaparecieran en una sopa de efectos, ya había tratamientos electrónicos en muchas pistas. Al final, lo entendió: una grabación seca, en la que los elementos están espaciados en la mezcla, aunque evitando lo etéreo, lo flotante. Yo quería que sonara a huesos, a músculos, a tierra. Por eso se llama Medulla.

-Asombra pensar que Björk realizó Medulla mientras se ocupaba de su segunda criatura, Isadora, que todavía no ha cumplido los dos años. Pura superwoman, aunque tenga a una niñera islandesa a su servicio.

Da la sensación de que vivir y crear es la misma cosa para ti.

Es legado de mi padre. Era electricista, muy activo en asuntos sindicales, terminó incluso luchando por los fontaneros y los carpinteros. Recuerdo ir de vacaciones con mi familia a una casa en el campo. El primer día, yo me subí a una montaña y miré hacia abajo. Mi familia estaba relajada, tomando el sol, leyendo o jugando. Excepto mi padre, que estaba cavando un agujero tremendo. ¡Ésa era su idea de un día libre! Claro que yo me había tirado dos horas ascendiendo a una estúpida montaña. No sé si es bueno o malo, a veces me parece una enfermedad, pero creo que yo tengo su idea del trabajo como algo que nunca termina.

-¿Cómo llevas la fama de ?la pequeña freak??

¿Freak? (Mirada de indignación).

-Disculpa, ?la pequeña excéntrica?. Me refería a las parodias y demás?

Mira, yo tenía 11 años cuando saqué un disco en Islandia. Supe entonces que no había relación entre quién era de verdad y lo que escribían sobre mí. He aprendido a convivir con esa disonancia, nada puedes hacer: una vez que tienes una determinada imagen, olvídalo, da lo mismo que cambies completamente. He aprendido a leer entre líneas: cuando veo lo que dicen de tal artista, ya imagino los motivos de esas críticas. El proceso de transformarte en una celebridad es venenoso.

-Escuchando Medulla, parece obra de un ser equilibrado y feliz. ¿Qué piensas de ese tópico romántico sobre el sufrimiento del artista? Ya sabes, que el verdadero arte nace en las profundidades del dolor.

Ah? ya entiendo. No, para nada. También pueden nacer cosas increíbles en estado de euforia. Sin embargo, mi compositor favorito es Olivier Messiaen, que pasó por los campos de concentración nazis.

-Bueno, no eran campos de exterminio ni de trabajos forzados: fue prisionero de guerra y le soltaron tras unos meses. Ya que le mencionas: Messiaen encontró consuelo en el cristianismo, mientras tú presumes de pagana.

Más que con los paganos, ahora me identifico con los bárbaros (risotada). Perdí mi fe en la civilización. ¡Las civilizaciones, debo decir! Ver a las masas árabes deleitándose ante los 3.000 muertos del 11-S? y a tantos norteamericanos indiferentes ante la violencia de Bush. Religión, patriotismo y nacionalismo son una combinación peligrosa.

-Björk se levanta para picar de un plato de frutas. Lleva un gracioso vestido oriental y se mueve como una marioneta. Pone cara de concentrarse. Imposible no querer a semejante criatura.

Cuando escuches Medulla, piensa en un clan de hombres y mujeres de las cavernas, peludos y desnudos. Han logrado matar a un mamut y tienen comida para el invierno. Felices, se ponen a cantar en la cueva, haciendo una música tan bella como cualquier sinfonía. Bailan? ¡Es disco music pagana!

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