EFE
TORONTO, CANADÁ.- Estados Unidos ha empezado a blindar su frontera con Canadá con el inicio de patrullas aéreas para controlar el paso de inmigrantes ilegales y drogas, una medida sin precedentes en la historia de los dos países.
Durante décadas, estadounidenses y canadienses han presumido de compartir “la mayor frontera del mundo sin protección militar”, pero las autoridades estadounidenses están decididas a cambiar esta definición para remediar lo que muchos en Estados Unidos consideran una amenaza para la seguridad del país.
El pasado viernes, el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos inauguró a bombo y platillo el puesto de vigilancia de Bellingham (estado de Washington), el primero de cinco que estarán repartidos por la frontera y que serán la base para los aviones, helicópteros y barcos que controlarán el tráfico fronterizo.
El próximo puesto será abierto en Plattsburgh (Nueva York), justo al sur de Montreal, mientras que los otros tres estarán en Montana, Dakota del Norte y Michigan.
“La información de los servicios de inteligencia indica que hay una amenaza que necesita respuesta así, que estamos proporcionando las capacidades aéreas y marinas para hacerlo en apoyo tanto de las autoridades de Estados Unidos como las de Canadá”, señaló el director de comunicaciones de la Oficina de Operaciones Aéreas y Marítimas de EU, Gary Bracken.
“La amenaza es real, tal y como vimos en 1999”, recuerda la senadora del estado de Washington Pat Murray.
Murray se refería al arresto en diciembre de ese año de Ahmed Ressam, un refugiado argelino residente en Montreal que fue detenido por las autoridades estadounidenses en un puesto fronterizo del estado de Washington cuando se dirigía con explosivos hacia el aeropuerto de Los Ángeles.
Mientras que para Canadá el arresto de Ressam, y el de otros supuestos miembros de organizaciones terroristas, es una muestra de que las medidas de seguridad fronteriza en vigor funcionan, para Washington es un aviso de la porosidad de la frontera.
“La iniciativa en la frontera septentrional está dirigida a eliminar el tráfico de narcóticos y las rutas y redes clandestinas de inmigración que operan a lo largo de la frontera entre EU y Canadá”, señaló en un comunicado el Departamento de Seguridad Nacional estadounidense.
La elección de la frontera entre Washington y Columbia Británica para iniciar las operaciones de vigilancia -que existen desde hace años en la línea divisoria entre EU y México- no es casual.
Además de que fue el punto elegido por Ressam para intentar entrar en EU, la provincia canadiense de Columbia Británica es la base de operaciones del lucrativo cultivo de marihuana que luego es pasada de contrabando al país vecino, en un negocio que los expertos valoran en mil millones de dólares al año.
Pero para muchos canadienses, la idea de helicópteros “Black Hawk” sobrevolando de forma constante la frontera entre los dos países a la caza de terroristas o rutas de inmigrantes ilegales como las que existen entre EU y México es excesiva.
