AGENCIAS
BAGDAD, IRAK.- Al menos 41 personas han muerto en la localidad de Al Qaim, en la frontera entre Irak y Siria, víctimas de disparos procedentes de la aviación estadounidense, informó ayer la cadena de televisión por satélite Al Arabiya.
La cadena, que cita a testigos en la zona, asegura que las víctimas son en su mayoría mujeres y niños que asistían a la celebración de una boda en dos viviendas de la aldea de Nasr al Din, vecina de Al Qaim.
Un testigo en la zona dijo a la cadena que los aviones estadounidenses habían disparado “más de cien bombas” y, añadió que la aviación estadounidense se dedicó a “destruir sistemáticamente la aldea entera”.
Fuentes militares estadounidenses en Bagdad dijeron “no tener constancia del suceso”, aunque añadieron que “lo están investigando”. La cadena mostró imágenes de los lugareños que cavaban entre sollozos tumbas colectivas donde estaban enterrando a numerosos cadáveres, entre los que se veían algunos niños, envueltos en bolsas de plástico.
Según algunas versiones sin confirmar, los asistentes a la boda estaban disparando al aire con sus fusiles en la madrugada de ayer, como es costumbre en todas las celebraciones en Irak y las tropas estadounidenses en la zona creyeron que se trataba de un ataque.
Eso motivó que los soldados estadounidenses disparasen contra los invitados a la boda, entre quienes causaron más de cuarenta muertos. Mientras que la violencia parece no cesar en Irak, una corte marcial estadounidense halló ayer al soldado Jeremy C. Sivits culpable de maltrato a presos iraquíes, conspiración y abandono del deber y le condenó con la pena más dura de las posibles en el código militar norteamericano, un año de cárcel y la expulsión del Ejército.
Jeremy Sivits fue declarado culpable de tres acusaciones de abusos en el primer consejo de guerra contra soldados norteamericanos por el delito de malos tratos a prisioneros iraquíes.
Sivits, que prestaba sus servicios en la Policía Militar con el rango de “especialista”, fue asimismo degradado tres categorías hasta el rango de soldado raso y expulsado del Ejército por mala conducta, debido a sus actividades en la prisión de Abu Gharib, al oeste de Bagdad.
En un comunicado de prensa urgente, la Autoridad Provisional de la Coalición anunció que el soldado Sivits será trasladado en breve a un centro de detención provisional militar por un corto periodo de tiempo.
A continuación será internado en un penal militar de ámbito regional. “Sivits todavía podrá ser llamado como testigo en futuros juicios tanto por la defensa como por la acusación”, concluye el comunicado.
Las reacciones oficiales a la condena del soldado no se han hecho esperar en Bagdad.
En un tono sarcástico, el portavoz del Consejo de Gobierno Iraquí (CG), Hamid al Kifai, dijo que el Consejo aún no puede tomar una posición clara porque el juicio no está, ni con mucho, acabado.
“Es una verdadera comedia. El juicio se ha celebrado sólo para que los norteamericanos se hagan la foto y queden bien ante los medios”, dijo.
El portavoz explicó asimismo que el CG anunciará una reacción oficial consensuada por sus 25 miembros una vez que concluyan los juicios previstos para el 21 de junio próximo.
“La condena ha sido justa”, dijo por su parte el vicesecretario general del Partido Comunista de Irak, Yasem al Helzy.
“De todas formas, creemos que no es suficiente. El juicio prueba de forma total y absoluta lo que ya sabíamos todos los iraquíes y es que en las prisiones dirigidas por los norteamericanos se tortura a nuestros compatriotas”, explicó Al Helzy.
“Fueron ellos los que dieron las órdenes a los soldados para que cometieran estos actos horribles”, concluyó Al Halzy quien acusó directamente al secretario de Defensa estadounidense, Donald Rumsfeld, de estar detrás de los abusos.
IRÁN AMENAZA CON GUERRA SANTA
El régimen iraní, que mantuvo hasta ahora una prudente distancia con lo que sucede en Irak, ha endurecido el tono ante lo que considera profanaciones de los santuarios shiies en el país vecino y ha amenazado con llamar a la guerra santa.
Tras las condenas del líder supremo de la Revolución Islámica, ayatolá Ali Jamenei y del presidente del país, Mohamed Jatami, que advirtieron que no tolerarán que se profanen los lugares santos para los shiies en Irak, decenas de miles de personas, según la televisión estatal, salieron ayer a las calles de Teherán para mostrar su repulsa ante lo que tildaron de “actos criminales”.
La manifestación discurrió por las principales calles del centro de Teherán y desde allí varios cientos de personas se trasladaron a la embajada de Reino Unido, también en el centro, contra la que lanzaron piedras y cócteles molotov, algunos de los cuales alcanzaron el edifico principal de la legación diplomática y rompieron varios cristales.
Agentes de la Policía antidisturbios, que rodearon el edificio para impedir que los manifestantes traspasaran la línea de seguridad, lanzaron gases lacrimógenos contra los congregados y detuvieron a decenas de participantes en las protestas.
“Si Jamenei emite una fatwa (edicto religioso) para la Yihad (guerra santa) ningún Ejército del mundo podrá con nosotros”, gritaron los manifestantes, que portaban pancartas que reproducían frases del líder de la Revolución Islámica.
Irak alberga un gran número de santuarios shiies y de hecho seis de los once mausoleos de los imanes más venerados por esta rama del Islam están en territorio iraquí y desde la caída del régimen de Saddam Hussein, son visitados por cientos de miles de shiies de todo el mundo, tanto de Irán como del centro de Asia.
ASUME AL-ZARQAWI AUTORÍA DE ATENTADO
El grupo del jordano Abu Musab al-Zarqawi, vinculado a la organización Al Qaeda, reivindicó el atentado que causó la muerte del presidente en turno del Consejo de Gobierno Iraquí (CGI), Ezzedín Salim, reportó ayer la prensa egipcia.
La organización autodenominada “Jama'at al-Tawhid y Yihad” asumió la autoría del ataque con bomba perpetrado el pasado lunes en Bagdad, en un comunicado difundido ayer en una página electrónica árabe y con fecha del 17 de mayo.
Hasta ahora no se ha podido verificar la autenticidad del comunicado, en lengua árabe, que precisó que el ciudadano saudita Abu Salama al-Hegarzy fue quien llevó a cabo el atentado sin mencionar si fue un hecho suicida.
Sin embargo, otro grupo denominado “Movimiento de resistencia árabe Brigadas de Al-Rashid” se había reivindicado con anterioridad el ataque, en el cual además de Salim murieron otras nueve personas, según reportes de prensa conocidos en esta capital.
