Las fuentes no precisaron la cifra de heridos, cuyo número algunas versiones elevan a una veintena.
10 de octubre 2004.
Bagdad, (EFE).- Al menos 25 personas perdieron la vida hoy en Bagdad por la explosión de un coche bomba ante una Academia de Policia y un ataque con morteros contra un cercano edificio gubernamental, informaron fuentes oficiales.
Según las fuentes, el estallido del vehículo causó 17 víctimas mortales, entre ellas siete mujeres, y se produjo poco antes de que la sede gubernativa, situada en el mismo recinto que el centro policial, fuera alcanzada por varios cohetes que provocaron la muerte de otras ocho personas.
De acuerdo con portavoces del ministerio iraquí de Petróleo, situado en el interior del complejo, la explosión del coche bomba por un presunto conductor suicida se registró cuando el automóvil se aproximaba a la Academia de Policía, donde esperaban en fila decenas de jóvenes para alistarse.
Las fuentes no precisaron la cifra de heridos, cuyo número algunas versiones elevan a una veintena.
"Llegamos a los pocos minutos y vimos cinco cadáveres que yacían junto a un enorme agujero" dijo a EFE Zaid Mustapha, un mando policial que participó en las labores de ayuda a las víctimas.
Según testigos, la mayoría de los fallecidos eran viandantes que pasaban por el lugar en el momento del estallido, que se habría producido antes de lo previsto por los terroristas.
Tanto la Academia de Policía como el ministerio de Petróleo se encuentran en un recinto oficial que también acoge la sede del ministerio del Interior y se ubica en la zona de Al Rasafa, en el este de la capital iraquí.
Los ataques se registraron horas después de que otro coche bomba estallara cerca de un mercado del centro de Bagdad, donde dos iraquíes resultaron heridos.
El objetivo del ataque era una patrulla estadounidense que pasaba por el lugar, agregaron las fuentes.
La radio local Tigris informó, por su parte, de que dos vehículos militares estadounidenses fueron destruidos cerca de Ramadi, en el oeste de Irak, al ser atacado por insurgentes un convoy norteamericano.
La emisora, que citó a testigos en esa localidad, aseguró que en el posterior enfrentamiento murió uno de los atacantes, y dos resultaron heridos.
No precisó, sin embargo, si entre los soldados estadounidenses que formaban parte del convoy se registraron bajas.
Los nuevos ataques coinciden con la llegada a Bagdad del secretario norteamericano de Defensa, Donald Rumsfeld, en su primera estancia en esta capital desde que en junio fuera instalado el Gobierno interino iraquí.
Rumsfeld visitó el aeródromo militar de Al Asad, en la conflictiva provincia de Al Anbar, al norte de Bagdad y donde no descartó una reducción parcial de efectivos estadounidenses en Irak tras las elecciones previstas en enero.
"Esperamos acabar de reconstruir pronto las fuerzas de seguridad iraquíes y puede que a partir de ese momento veamos una retirada parcial de las fuerzas de la coalición, posiblemente en el periodo poselectoral", afirmó entre los aplausos de más de un millar de soldados norteamericanos.
Rumsfeld supeditó, no obstante, esa decisión a que para entonces se haya restablecido por completo la seguridad en el país.
"Ellos (los insurgentes) saben muy bien que no nos pueden derrotar militarmente" afirmó el responsable estadounidense ante la tropa, a la que subrayó que "la batalla se libra también en el campo de la moral".