EL PAÍS
BAGDAD, IRAk.- “Una bomba de fabricación casera ha estallado en una escuela del barrio de Kadhumiya hacia las dos de la tarde”, confirmó ayer el general Mark Kimmitt, portavoz militar estadounidense en la capital iraquí.
Kimmitt atribuía de este modo el incidente, del que ya había informado la radio local, a un ataque intencionado y no a un accidente fortuito. “El Ejército ha enviado al lugar a un equipo de desactivación de explosivos que ha hallado e inutilizado una segunda bomba”.
En cambio, el sargento de la policía iraquí, Abdelamir Hamid, había dicho con anterioridad que la explosión se debió a una granada que se encontraba en el lugar, aparentemente desde hacía tiempo, y que hizo explosión cuando los alumnos incendiaron una papelera en una esquina del patio del colegio. Otros cuatro niños resultaron heridos.
Además, según informaron ayer los portavoces militares de EU, un civil estadounidense resultó muerto el fin de semana y otros tres, heridos, cuando unos pistoleros les dispararon desde un coche. Los cuatro hombres, miembros al parecer de un grupo religioso, regresaban desde las ruinas de Babilonia a Bagdad. La agresión se produjo a la altura de Mahmudiya, una ruta en la que insurgentes y ladrones se han mostrado muy activos; el mismo lugar donde fueron asesinados en diciembre siete agentes secretos españoles.
Ayer por la mañana hubo otros incidentes. La explosión de una bomba camuflada en una acera mató a un soldado norteamericano e hirió a otro cuando patrullaban en el centro de Bagdad, según un comunicado.
Veinte minutos después, un ataque similar quitaba la vida a otro soldado y dejaba heridos a cuatro de sus compañeros y a cuatro civiles en Baquba, a 60 kilómetros al norte de la capital. La rápida reacción de la patrulla permitió la detención de dos iraquíes. Uno de ellos tenía en su poder un teléfono móvil y los militares investigan si lo utilizó para activar el explosivo.