EFE
Los Ángeles, EU.- Lejos de dejarse intimidar por su 40 cumpleaños, Brad Pitt nunca estuvo más en forma y muestra un espléndido cuerpo en Troya, una adaptación de la Ilíada en la que su única debilidad es el talón, pues interpreta a Aquiles.
Con este filme épico, dirigido por Wolfgang Petersen, Pitt ha roto con todos sus principios y quien durante años se negó a hacer de héroe da ahora cuerpo al mayor de los guerreros griegos, Aquiles, héroe cuyo nombre es recordado casi tres mil años después de exaltarlo la leyenda del poeta griego Homero.
Si en su carrera ha procurado evitar las superproducciones, con Troya ha participado en todo un complejo entramado cinematográfico, un rodaje que superó los 200 millones de dólares en presupuesto con un ejército de extras que da vida a batallas navales y encarnizadas luchas, y en el que incluso participa una réplica del famoso caballo de madera que acabó con Troya.
Además, Pitt se ha dejado vencer en su lucha contra ser el niño bonito de Hollywood y el que intentó afear su belleza en películas como Doce Monos, ahora la luce al completo y casi al descubierto.
“Nunca puso ninguna objeción a mostrarlo todo”, ha insinuado Petersen a la prensa sobre las escenas en las que Pitt posa desnudo ante las cámaras sólo a falta de un plano frontal.
Su cuerpo puede competir con el de cualquier estatua griega. Eso sí, tuvo que prepararse durante meses e incluso dejar de fumar.
“Y créeme que duele”, ha reconocido jocoso dejando a un lado este lado divino para aceptar su cara humana de actor.
Para prepararse físicamente, el actor entrenó cuatro horas diarias durante los seis meses anteriores a la filmación. Además, aprendió a pelear con espada y lanza. No tuvo dobles, todas las escenas las realizó él mismo.
“Me divertí mucho al hacer las escenas de acción. Mi escena favorita es la pelea que tiene Aquiles con Héctor. Fue como mi graduación en la cinta.
“A nivel actoral, mi escena con Peter O’Toole me encantó. Es una de las mejores escenas que he leído en mi vida. Fue uno de los puntos culminantes de mi carrera. Fue fantástico”, agrega Pitt.
Al margen de lo que piense la crítica de Troya, el cuerpo de Pitt es el mejor gancho para el público femenino menor de 25 años, que según los estudios de mercado es uno de los más interesados en este filme.
El cuerpo -y su actuación- están convenientemente pagados, ya que Pitt se embolsará una cantidad cercana a los 20 millones de dólares por esta película.
La transformación de Pitt coincide con su crisis de los cuarenta, un detalle que este actor nacido en Oklahoma (EU) no oculta.
“Estoy seguro de que todavía hay alguna sorpresa más. Pero me gusta eso. Me gusta lo desconocido. Te mantiene más alerta”, reconoció a la revista Vanity Fair.
En esa misma revista, el que siempre ha querido evitar el estigma de ser un sex-symbol posa con valentía en una atrevida fotografía desnudo con un corte bajo a la altura de la cintura.
Al contrario de lo que suele pasar con estas revelaciones cinematográficas, que captan la atención del público cuando la carrera de un actor está en crisis, la de Pitt están en una forma tan extraordinaria como su cuerpo.
El intérprete de Fight Club, Snatch, The Mexican o Spy Game ha preferido por elección mantenerse al margen de los éxitos de taquilla.
Pero su último estreno, Ocean’s Eleven, tiró por tierra esos planes recaudando 183.4 millones de dólares en Estados Unidos y generando una segunda parte, que está rodando este año.
Pitt cuenta también con un aura intelectual gracias a su pasión frustrada por la arquitectura, que hace de Antoni Gaudí y Frank Gehry sus ídolos y de su casa en Beverly Hills el centro de todas las miradas.
Además, en medio de una tumultuosa vida delante de los paparazzi, Pitt también se ha transformado en el marido perfecto, casado con la actriz Jennifer Aniston el 29 de julio de 2000 en una boda de cuento de hadas, incluidos los fuegos artificiales en la playa. “Ninguno de nosotros quiere ser el portavoz de los matrimonios felices, de las parejas por excelencia”, ha rechazado públicamente.
Sin embargo, los rumores de tensiones matrimoniales, porque están mucho tiempo separados rodando o por la proximidad a Angelina Jolie durante su último rodaje, Mr. and Mrs. Smith, nunca pasan de ser serpientes de verano.
Por contra, sólo un rumor les sigue a todos los lados y se convierte casi en su talón de Aquiles en la vida real, que es el deseo de la pareja de tener hijos.
Un deseo que ambos reafirman en todas las entrevistas y que podría estar cercano, ahora que Aniston ha concluido su compromiso con la exitosa serie de televisión Friends.
“Es una progresión natural”, resume un actor cuya madurez mental y física parece estar asegurada con los 40 años.
