Londres, Inglaterra (Agencias).- Un hato de bueyes, sin duda incondicionales de la aviación y un tanto hambrientos, se comió parte de un pequeño avión de turismo que había aterrizado imprudentemente en un prado, informó la prensa británica.
Tony Cooper y Lisa Kingscott, originarios Wiltshire (sur de Inglaterra) viajaron hasta Hereford (centro) en su avión, un Auster JN1 de 1946, para visitar a unos amigos, dejaron el aparato en el prado en el que tenían por costumbre aterrizar y se fueron a almorzar en las cercanías.
A su regreso, la pareja tuvo la sorpresa de descubrir que los rumiantes estaban comiéndose el recubrimiento de la estructura metálica del avión, al que ocasionaron daños estimados en más de 15 mil dólares.
"Estaba tan sorprendido que ni siquiera pude enfadarme", declaró Cooper.
El avión debió ser llevado por carretera hasta su aeródromo, situado a 160 km de distancia.
"Los bovinos son muy curiosos, sin duda se acercaron al avión para olerlo y lamerlo" y seguramente había algún elemento en el avión que despertó su apetito, declaró Ian Johnson, portavoz del sindicato de agricultores de Inglaterra y Gales.