AGENCIAS
WASHINGTON, EU.- Horas después de haberse asegurado la postulación presidencial por el Partido Demócrata con una decisiva victoria en nueve estados del “Súper Martes”, el senador John Kerry comenzó la búsqueda de su compañero de fórmula para medirse en noviembre con el presidente George W. Bush.
Kerry dijo a los periodistas en la Florida que espera anunciar pronto la selección del número dos para la Casa Blanca.
Encabeza la lista de posibles candidatos Jim Johnson, vicepresidente de una firma bancaria que trabajó para el ex vicepresidente Walter Mondale.
Los principales asesores dijeron que era posible, pero no probable, que Kerry eligiera al nuevo candidato mucho antes de la convención del Partido Demócrata, a realizarse en julio en Boston.
Kerry se apresuró a tomar las riendas del Comité Nacional Demócrata. Sus representantes se reunieron ayer con los dirigentes del comité. Kerry desea que un “director general de elecciones” que supervise las actividades de su partido en relación con noviembre.
Las victorias logradas el martes por Kerry en diez estados acabaron con las posibilidades del también senador John Edwards, único que continuaba en campaña con alguna posibilidad.
Edwards cuyo carisma sureño y estilo en la oratoria transformaron la contienda demócrata por la candidatura a la presidencia, finalmente cedió ante las cifras de las primarias del martes y anunció su retiro con el mismo optimismo que caracterizó su candidatura.
“Hemos sido el pequeño motor que podía”, dijo el senador por Carolina del Norte a sus partidarios cuando señaló que abandonaba el desafío que presentó ante John Kerry, líder de la contienda.
En una llamada telefónica a Kerry, Edwards dejó implícito que se retiraría y dijo a su colega que quería sentarse con él para conversar sobre la unificación del partido, dijo David Wade, portavoz del ahora candidato.
Por su parte, George W. Bush, inicia hoy jueves una campaña multimillonaria por la televisión para recobrar la popularidad perdida en las encuestas, y tiene más de 100 millones de dólares de cara a los próximos meses, más de lo que Kerry puede obtener.
En su primera andanada de propaganda, una serie de anuncios por una cifra extraordinaria de 10.5 millones de dólares, Bush se dirige a electores en 16 estados muy disputados en las elecciones de 2000, sin contar a Tenesí pero incluyendo a Virginia Occidental y Arizona.
En una demostración de fuerza, incluso está promocionando anuncios en el estado de Delaware, tradicionalmente demócrata, que Gore ganó por cifras de dos dígitos en 2000.
Las modificaciones en el Mapa Electoral favorecen a Bush. Hace cuatro años el Presidente ganó 30 estados, los cuales valían 271 votos electorales en 2000. La redistribución ha incrementado su valor a 278, sin que se haya emitido un solo voto.
Los ataques entre los dos bandos no se han hecho esperar, ayer los líderes demócratas denunciaron que el presupuesto de gastos del Gobierno Federal es como una receta que se traducirá en tiempos más difíciles para millones de hispanos en todo Estados Unidos.
De igual modo acusaron al presidente George W. Bush de recurrir a un doble discurso ante el mayor grupo minoritario del país mediante el que sólo busca obtener ganancias políticas, pero del cual se olvida al considerar las prioridades sociales y económicas a atacar.
Un reporte dado a conocer por los demócratas apunta que en los tres años de Gobierno de Bush la tasa de desempleo entre los hispanos creció 25 por ciento, como resultado de lo cual 1.4 millones de hispanos carecen en la actualidad de trabajo.
Durante febrero pasado, la tasa de desempleo entre los hispanos se ubicó en 7.3 por ciento, sólo superada por la que se registra entre la población de raza negra.
De igual modo da cuenta del recorte por nueve mil 400 millones de dólares para programas educativos, afectando programas para el mejoramiento de los niveles de lectura y matemáticas, y programas de introducción al inglés para los niños que no hablan inglés.
El documento destacó también que existen 12 millones de hispanos sin seguro de cobertura médica, mientras que millones más enfrentan serias dificultades para cubrir sus costos, “y sin embargo el presupuesto no hace nada para reducirlos”.
Asimismo señala que aunque más de la mitad de los hispanos ocupan un tercio de sus ingresos para cubrir gastos de vivienda, el presupuesto incluye profundos recortes para los programas de vivienda social y advierte que por ello miles perderán sus casas.