Internacional Jeffrey Epstein Chile Israel-Palestina Donald Trump Narcotráfico

Busca Kerry voto masculino

Llega el candidato demócrata a Ohio donde apoya el derecho de poseer armas.

AGENCIAS

Youngstown, EU.- El candidato demócrata a la Presidencia de Estados Unidos, John Kerry, realizó ayer una atípica gira por zonas rurales del Estado de Ohio (norte) en busca del voto masculino, mientras el presidente George W. Bush, su rival, apuntará a los católicos de Pennsylvania (nordeste).

Kerry ha afirmado repetidamente que apoya el derecho constitucional de los ciudadanos estadounidenses a poseer armas de fuego, tomando distancia de algunos miembros de su partido que promueven una legislación más restrictiva en ese sentido.

Pero pese a los esfuerzos del candidato demócrata, la poderosa Asociación Nacional del Rifle apoya explícitamente a Bush y ha invertido 20 millones de dólares en propaganda para advertir sobre lo que interpreta como esfuerzos de Kerry por limitar el derecho a poseer armas.

La agenda de Bush, mientras tanto, incluye un viaje a Downintown, Pennsylvania, donde se espera que ponga énfasis en su oposición al matrimonio entre homosexuales. También se reunirá con el arzobispo de Pennsylvania, en un intento de atraer votantes católicos.

Las encuestas previas a la elección presidencial del dos de noviembre reflejan un empate entre los dos candidatos: un sondeo del Instituto Pew muestra que cada uno cuenta con el 45 por ciento de las adhesiones entre los electores registrados, y 47 por ciento entre quienes tienen intenciones de ir a votar.

Se preparan para posible batalla legal

Aún faltan doce días para que los electores de EU voten en los comicios presidenciales, pero demócratas y republicanos ya se preparan para lo que puede ser una intensa y complicada batalla legal sobre los resultados.

El duelo jurídico, de hecho, ya ha comenzado. En nueve estados en disputa hay pendientes de dirimir 27 demandas que cuestionan distintos aspectos de las normas electorales, un número sin precedentes incluso en este país tan amigo de los juicios.

Cada campaña ya se ha asegurado los servicios de numerosos equipos de abogados que se encargarán de supervisar el desarrollo de los comicios y denunciar cualquier indicio de fraude o intimidación.

En concreto, los demócratas han anunciado que cuentan ya con 10.000 abogados, la mayoría voluntarios, que podrán desplazarse rápidamente a cualquier área donde se detecte un posible conflicto.

En la mente de todos está lo ocurrido hace cuatro años, cuando finalmente el Tribunal Supremo de EU adjudicó la victoria al candidato republicano, George W. Bush, tras un polémico recuento en Florida, que se prolongó 36 días.

Ambas campañas responsabilizan al partido contrario de la necesidad de tomar precauciones legales.

En una conferencia de prensa telefónica, la campaña republicana lanzó un llamamiento a celebrar los comicios de la manera ?más limpia y transparente posible? y de modo que todo estadounidense con derecho a voto tenga la oportunidad de ir a las urnas.

Pero el presidente de la campaña, Mark Racicot, denunció supuestos intentos del Partido Demócrata y organizaciones afines para ?esforzarse en crear dificultades y propiciar un cierto nivel de confusión? el mismo día de las elecciones.

Los demócratas, asegura la campaña adversaria, ?han demostrado que están dispuestos a decir cualquier cosa, y ahora parece que están dispuestos a hacer cualquier cosa, incluido fomentar el caos, para dar una posibilidad de éxito a su candidato?, John Kerry.

Por su parte, los demócratas, responsables de la mayor parte de las demandas interpuestas, acusan a sus rivales de intentar amedrentar a los votantes negros, que se inclinan mayoritariamente por Kerry.

Los demócratas alegan que acuden a los tribunales ahora para, precisamente, tener que evitar la repetición del recuento tras las elecciones.

Entre los estados donde los demócratas y organizaciones afines han interpuesto demandas se encuentran Florida y Ohio, donde se espera que la diferencia entre los dos candidatos sea especialmente ajustada.

En ambos casos, las demandas buscan evitar que funcionarios electorales locales desechen por incompletas miles de solicitudes de inscripción en el censo electoral.

Los estados que cuentan

Los votos en Estados como Ohio y Pensilvania, donde todo está por decidir, no tendrán la misma trascendencia que en otros como Virginia, donde es segura la victoria republicana, debido al peculiar sistema electoral de EU.

Así, la maestra Candice Thomas, que vive en Cleveland (Ohio), se ha hartado de ver anuncios en la televisión del candidato republicano, George W. Bush, o del demócrata, John Kerry, pero si Andrew Darms, de Falls Church (Virginia), no leyera los periódicos, podría olvidarse de que es año electoral.

Los candidatos han viajado a Pensilvania, Ohio y Florida con una frecuencia inusitada.

La ciudad minera de Wilkes-Barre, en la Pensilvania profunda, se ha convertido en estas últimas semanas en una especie de Meca política por la que han pasado todos.

En cambio, en estados a primera vista más atractivos, como California o Texas, donde vive la mayoría de la población, a Kerry y a Bush no se les ha visto más que en foto... o para recaudar fondos.

Y es que las elecciones no son directas en EU. Quien designa al presidente no son los ciudadanos, sino el Colegio Electoral, una institución que se remonta a los tiempos de la Independencia.

Su existencia, de la que muchos estadounidenses ni habían oído hablar, se hizo patente en los comicios de 2000.

El demócrata Al Gore obtuvo entonces medio millón de votos populares más que Bush pero el republicano se proclamó Presidente gracias a que el Tribunal Supremo le dio la mayoría en el Colegio Electoral.

Una encuesta del Instituto Gallup hecha pública ayer indica que el 61 por ciento de los estadounidenses está a favor de eliminar el Colegio Electoral -algo difícil, porque habría que modificar la Constitución-, mientras que sólo un 35 por ciento quiere que siga como está.

El Colegio Electoral está formado por 538 representantes o votos electorales.

A cada estado, dependiendo del tamaño de su población, se le asigna un cierto número. Y cada estado otorga todos sus votos electorales al candidato que reciba más sufragios en su territorio, con independencia de que su ventaja sea abrumadora o se haya limitado a un puñado de votos.

Las excepciones a esta regla son Nebraska y Maine, que otorgan dos de sus cinco votos al ganador. Los restantes van a parar al ganador respectivo de cada condado.

En Colorado, uno de los estados en disputa, los tribunales tienen pendiente pronunciarse sobre una propuesta para una reforma similar.

Los estados más poblados, como California, Texas o Nueva York, cuentan respectivamente con 55, 34 y 31 votos electorales. Otros estados de grandes dimensiones pero escasos habitantes, como Alaska, tan sólo tienen tres votos.

Para proclamarse ganador en la carrera por la Casa Blanca, un candidato necesita obtener al menos 270 votos.

En la gran mayoría de los 50 estados, la población se inclina claramente por un signo o por otro, y por lo tanto, las campañas consideran inútil desperdiciar tiempo y dinero en ellos.

Leer más de Internacional

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Internacional

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 115475

elsiglo.mx