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MÉXICO, DF.- Santiago Creel Miranda, secretario de Gobernación, dijo ayer que el Congreso de la Unión toma decisiones que le competen de manera exclusiva, por mandato constitucional, al Presidente de la República y citó como ejemplo el caso de la conducción de la política exterior.
Agregó que, en los hechos y no jurídicamente, está ocurriendo una “parlamentarización” del sistema presidencialista mexicano, que ha propiciado que el Congreso tome decisiones en sentido contrario al mandato expreso que la mayoría de los electores le dieron al presidente Vicente Fox.
Tras la aprobación del punto de acuerdo en la Comisión Permanente del Congreso, el miércoles, para exhortar al presidente Vicente Fox a que normalice las relaciones diplomáticas con Cuba, Creel aseguró que los legisladores han adoptado “muy recientemente” facultades que la Constitución asigna de manera exclusiva al titular del Poder Ejecutivo Federal.
“Es claro que el Poder Ejecutivo, en la Constitución, tiene la facultad de dirigir la política exterior del país y no obstante ello, el Congreso resuelve sobre cuestiones específicas concernientes al titular del Ejecutivo”, dijo al hablar en el Foro América Latina y México: saldo y oportunidades del gobierno dividido, organizado por las fundaciones Rafael Preciado Hernández, del Partido Acción Nacional (PAN), y la alemana Konrad Adenauer.
Creel aseguró que las decisiones que han tomado los legisladores y que corresponden de manera exclusiva al Ejecutivo, es consecuencia de la situación de “Gobierno dividido” que vive el país, pues el partido del presidente Fox (el PAN) no tiene mayoría en el Congreso.
Al dictar una conferencia magistral, destacó además que no hay “fórmulas” que permitan construir mayorías para gobernar, en un régimen presidencialista rígido como el mexicano, cuando el Congreso tiene una mayoría opositora al Presidente de la República.
Planteó que la solución puede darse en tres vías: una de ellas, antes de las elecciones mediante la flexibilización de los requisitos para integrar alianzas o coaliciones, además de revisar el sistema de partidos para impedir que surja un sinnúmero de ellos, alentados por los escasos requisitos y por el incentivo de obtener mucho dinero del financiamiento público.
Una segunda vía para construir las mayorías que gobiernen, dijo Creel, se puede dar al momento de las elecciones, implementando la segunda vuelta para la elección del Presidente, pero también de legisladores. Sin embargo, aclaró que en lo personal tenía dudas respecto de la conveniencia de esta medida.
Y la terca vía, agregó Creel, se refiere a la etapa posterior a la elección mediante un régimen “semipresidencialista”, donde pueda haber una mayoría de gobierno entre Ejecutivo y Legislativo.
Advirtió que por la dificultad para construir mayorías que gobiernen, la democracia no es eficaz, no sólo en la toma de decisiones sino en la atención de las necesidades sociales, y ello provoca a su vez el descrédito hacia la clase política, la decepción respecto de la democracia y la búsqueda de “salidas” hacia opciones contrarias a los logros alcanzados en un régimen de libertades.